martes, junio 02, 2009

LUNES OTRA VEZ

¡Qué bueno es recordar esos buenos viernes a la tarde después del cole! Recordar su confortante y profunda brisa que nos alivia la mente y el cuerpo para disfrutar de un fin de semana a nuestra manera.Recordar, que sentir el fin de semana cerca nos trae a la mente buenos recuerdos, como el ansioso día de nuestro cumpleaños, el bello 21 de septiembre, las inconfundibles 7 de la tarde y tantos otros momentos que nos enloquecen de placer.
Imagínense que después de remar cinco días en un monton de olas de obligaciones que nos ahogan, no hay nada mejor que sentir la mano de un sábado que nos ayuda a salir a flote.
Así nos acordamos también de nosotros mismos llegando a casa abatidos y cansados luego de un lunes a viernes ruidoso y agotador para nuestro gusto.Un lunes a viernes lleno de eso que menos nos gusta hacer: tareas. Pero, al parecer. No somos los únicos que pasamos por esta tortura, también están los mayores, que padecen de igual forma que nosotros, que si no es porque laburaron hasta tarde, es porque madrugaron muy temprano por culpa de sus amados jefes que no aflojan con mantenerlos ocupados, y ellos, con más inteligencia que ganas tiran por no aflojar y aflojan por no cortar ¿o acaso nun ca vimos a nuestros padres llegar del trabajo agotados? O peor aún ¿nunca los oímos renegar porque esa noche deben trabajar hasta tarde y mientras reniegan se acuerdan de la madre de su jefe?. Siendo así me corrijo, no somos los únicos que padecemos el mal del lunes a viernes.
Luego llega el sábado, con aires de jóven y cara alegre para recordarnos que para olvidar los cinco días anteriores todavía hay 48 horas.
Por eso muchos creen que el fin de semana se compara a un analgésico muy poderoso que puede curar todo.
Es así como el sábado llega en medio de un chaparrón y se aleja en un cálido verano.
Mientras el sábado nos va soltando, se acerca el típico domingo, siempre igual: tranquilo, familiar y un tanto religioso. Hasta ahí nada mal, pero tenía que ser que con todo lo bueno algo malo llega y la desgracia de un domingo a medias no es poca. Porque apenas la aguja del reloj apunta a las seis de la tarde, una sensación de malestar se apodera de nosotros. Hablo de la muy misteriosa y maldita(por no decir otra cosa)sombra del lunes, que por su culpa se espantan nuestros sueños y fantasías, se espanta parte de las seis mejores horas del día, especialmente las 7 de la tarde, se espanta el perfume de la primavera, los regalos de nuestro cumpleaños y la arena de las vacaciones. Es como que llega un camión y se lleva el cielo, las nubes, las flores, el sol, las estrellas, el mar, etc.
Realmente es misteriosa la sensación del domingo a la tarde, es una mezcla de angustia, desaliento, preocupación, soledad, depresión, en fin…de todo un poco.Una sensación que nos ataca a todos y a pesar de negarla o hacer mil cosas para evadirla, nos atrapa antes que nos demos cuenta. Eso es lo peor de todo.
Luego de un largo y exhausto pensar, creo que todos sentimos esa horrible impresión, porque el lunes lleva el peso de toda la semana, es la puerta de entrada al infierno, a los días comunes, a la carga pesada, a los días de largo penar.
Por eso, el domingo por la tarde solo nos queda resignarnos y lamentar muy profundamente que al otro día es lunes otra vez.
Claudia Del Basso

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Un corto de los chicos de la promo 2007

Este es uno de los productos del taller de cortos de este año en Idioma Nacional de sexto. Espero que les guste. Les cuento que se basó en un poema de Alejandra Pizarnik y el guión y la actuación y todo pertenece a Valentina Ovejero Arauz y a Carolina Cañazares.