jueves, diciembre 18, 2008

Palabras de cierre... a modo de devolución

¡Hola chicos! Tomo la palabra ya en los lindes del año para comentarles cuál es mi balance del trecho que nos tocó compartir juntos.

En primer lugar, quería destacar el compromiso que muchos han asumido con las propuestas de lectura y escritura que les hicimos. Se habrán dado cuenta de que algunas de ellas apuntaban al desarrollo de la creatividad, del pensamiento, de la expresión de sensaciones que puede provocar en nosotros el encuentro con una historia de ficción, esté en el formato en que esté.

Por ello elegimos no sólo un libro, sino relatos o retazos de ellos (el texto de Dolina, el de Browne, la carta del sub comandante Marcos, películas) para que quede en evidencia cómo funciona eso que Graciela Montes llama “el gran tapiz de la cultura”, ese entretejido de discursos y experiencias que van delineando nuestra forma de ver y de estar en el mundo, y que muchas veces nos interpela. Uds. claramente lo han podido advertir, como muestran sus testimonios de lectura y sus exposiciones, cuando establecen cruces con textos significantes para Uds. (y ahora para nosotros), como las letras anarquistas del grupo de ska español y los temas de otras bandas musicales, vivencias familiares propias o ajenas, filmes de variada procedencia, refranes, poemas, el discurso historiográfico revisionista del nazismo…

También quería aclararles que, si en algún momento sintieron que subí demasiado el grado de exigencia o que incluso expresé mi enojo ante la falta de respuesta, fue porque espero mucho de ustedes. Creo firmemente que tienen muchas potencialidades, en ocasiones no desarrolladas por causa del río de inercia por el que se dejan arrastrar, sin darse cuenta (creo) de las oportunidades que, de esa forma, pierden. Si dejamos que el conocimiento pase a nuestro lado, si no lo tomamos de las riendas, siempre nos vamos a mantener en la postura de la ajenidad, nos condenamos al margen y damos lugar a que otros piensen y decidan por nosotros… Ha sido muy gratificante ver en sus producciones una afirmación de esta idea que sostengo, que pueden hacer grandes cosas si se lo proponen e invierten su esfuerzo en ello.

Por otra parte, agradezco (junto con el profe) que hayan compartido sus escritos a través del blog, y más aún que se hayan leído entre Uds. Queríamos propiciar lo que algunos denominan “una comunidad de lectura” y, aunque ésta haya comenzado como una exigencia docente, por los comentarios que he leído luego, podría afirmar que permitió una genuina instancia de socialización y de conocimiento del /los otro/s con los que nos pasamos cientos de días en el Instituto.

Seguramente aún quedan algunas competencias que queremos que mejoren (como la exposición oral y algunas cuestiones de escritura), pero me parece que hemos podido lograr varios objetivos. Espero que el año que viene, ya el último para Uds. en la escuela media, sigamos tomando el desafío.

Me quiero despedir con unos fragmentos de Zulma Palermo sobre la escritura literaria y la experiencia de lectura. Ella fue una de las importantes profesoras que tuve en la Universidad y de las cuales he podido aprender. De muchas puedo decir que dejaron huellas en mi forma de ver la enseñanza y la literatura. Ahí va:

Un pueblo se reconoce a sí mismo en la producción de sus creadores que le devuelven una imagen tamizada por el filtro de la palabra poética, que le hacen sentir doblemente el paisaje que habita, los conflictos que padece, los sueños que así concreta, las nostalgias que lo invaden, los caminos que recorre, las gentes con las que comparte la vida cotidiana. Porque lo cotidiano pierde el contorno de lo siempre visto, es que la palabra poética permite volver a conocer lo conocido, en otra dimensión, con cierta magia, rodeado de una atmósfera especial, como en un espejo que refracta un mundo polimorfo.

Es a nuestros escritores a quienes debemos esta manera inaugural de la mirada capaz de escudriñar los rincones no percibidos de la realidad en sus laberintos secretos; de las montañas asociadas en abrazo quieto, y de los hombres y mujeres compartiendo los trabajos y los días; de las disputas de los vientos y de los enfrentamientos de la historia (…)

Al penetrar en el mundo que crea la escritura, nos conocemos de nuevo y nos miramos de otras maneras. Porque lo que nos dice, nos obliga a preguntarnos sobre lo que somos y cómo somos; sobre lo que pudimos ser y no fuimos (…), sobre la finitud y la eternidad.

Cuando resurgimos al mundo cotidiano después de habernos sumergido en el espacio transformado por la palabra de la escritura, nos sentimos en él de otra manera porque nosotros mismos ya nos somos iguales; nos hemos, en alguna medida, modificado. Cuando las voces de la escritura nos hablan tocan los recodos de la propia memoria que despierta en la reminiscencia (…) Todo se proyecta hacia el presente y se hace, también, memoria del futuro. Este conocer de nuevo es, por lo tanto una forma de encuentro; encuentro con lo propio que, sin dejar de ser de uno, es de todos.

Palermo, Zulma De historias, leyendas y ficciones, Salta: Fundación del Banco del Noroeste, 1991.

Saludos a todos y que pasen unas entretenidas vacaciones. ¡Nos vemos el año que viene!

Roxana Juárez

miércoles, diciembre 17, 2008

¡¡¡¡Atención!!!! orientaciones para los que rinden la materia en diciembre

I.E.M. “Dr. Arturo Oñativia”
Idioma Nacional y Literatura 5to Año

ORIENTACIONES PARA LA PREPARACIÓN DEL EXAMEN DE DICIEMBRE:


1- Releé la Novela La Ladrona de Libros de Markus Zusak. (Hacé anotaciones sobre los aspectos que te llamen la atención : cómo está organizada, cómo se presenta la narradora, la presencia de hechos históricos en los distintos capítulos, el manejo temporal en la construcción de los acontecimientos, relaciones con otros libros o discursos, caracterización física y psicológica de los personajes, desarrollo de temáticas puntuales, como la amistad, la familia, relación memoria y ficción, etc.).

2- Buscá información sobre el contexto histórico en el que transcurren los hechos relatados en la novela. Sintetizá esa información indicando la fuente consultada y estableciendo relaciones con la novela.

3- Prepará una exposición en base a la información de los puntos 1 y 2 utilizando recursos visuales.

4- Leé las producciones de los compañeros en este blog y realizá comentarios y aportes a dicho espacio de intercambio (Podés subirlos directamente o llevarlos en Febrero, impresos).




Prof. Sergio Grabosky
Aux. Roxana Juárez

Escritura creativa a partir de la novela, por Gabriela Dávila

DESTINO DE LA MADRE BIOLÓGICA DE LIESEL

Luego de dejar a Liesel y perder a su pequeño hijo, por dentro sentía un vacío enorme, al igual que el dolor por dejar a su hija. Su rostro cambio se la veía mas deprimida, pero trataba de encontrar fuerzas de donde sea para seguir adelante. Caminó hacia la estación, tenía un saco y una pequeña maleta
Lo que contenía la maleta
Dos camisetas
Una fotografía de sus pequeños
Una agenda
Un vestido
Tomo el tren para irse hacia otro lugar, durante el trayecto no durmió ni un solo instante, pensaba en Liesel se hacia tantas preguntas y trataba a lo mejor de encontrara alguna respuesta
Comentario acerca de la mama de Liesel

“Estaba incomoda tal vez sentía mi presencia”
Cuando llego a la estación de Viedma, al bajar del tren miraba a todos lados en ese momento el tiempo se paro, todo pasaba lentamente y su mirada no tenia destino.Pasaron minutos ahí parada ,luego busco una banca donde sentarse, a su lado su maleta , para el otro lado dos pequeños (estaban esperando a su madre)
La mama de Liesel no les quitaba la mirada de encima a los pequeños en especial a la niña tal ves le traía recuerdos sobre su hija, unos momentos después apareció la madre de los pequeños era una mujer bastante humilde, madre soltera, vivía con su madre, y trabajaba en una casa como sirvienta, no ganaba mucho dinero pero hacia todo lo posible por sus pequeños. Miro a la mama de Liesel con una mirada perturbadora y pregunto de ¿donde era?
.Ella solo contesto de un lugar muy lejano, luego ella pregunto su nombre: _Grace -dijo y la mama de Liesel dijo: _Bárbara
Estuvieron hablando muchos minutos, Grece la invito a su casa, hasta que consiguiera un lugar donde quedarse. La casa de la mujer era bastante precaria Bárbara sentía mucha desconfianza, no todos los días llevas a una persona extraña a tu casa. Pero Grace con tan solo cruzar unas cuantas palabras le pareció una buena persona. Cuando la mama de Liesel entro en la casa de la mujer el lugar tenia pocas cosas miro hacia un costado y estaba sentada una anciana cuando la miro inmediatamente pensó que no iban a llevarse bien .La anciana pregunto a Grace quien era ella , la mama de Liesel presentía que no se iban a llevar bien, la primer noche no podía dormir y cuando al fin pudo cerrar los ojos soñó:
“Tal vez este sueño fue la vida que siempre quiso para sus hijos. Ella se encontraba en un pueblo era verano, alrededor de su casa, había pasto verde se lo veía tan cuidado. Liesel y su hermano con una sonrisa de oreja a oreja jugando, en el jardín de la casa y Bárbara sentada viendo como sus hijos se divertían, no tenia ningún problema, en ese mundo todo era perfecto, cuando se estaba levantando para llamar a sus pequeños.... se despertó de ese sueño”
Al despertar respiro profundamente y por dentro quisiera que ese sueño se haga realidad. Ala rato desayuno con Grace, ella le comento por donde podía comenzar a buscar trabajo poco después las dos salieron de la casa la mama de Liesel por un camino y Greace por otro.
Pregunto por trabajo en muchos lugares inmediatamente le dijeron que no
Le llamo mucho la atención una panadería tal ves por la persona quien la atendía, era una anciana. Cuando Bárbara entro en la panadería pregunto si necesitaban empleadas la anciana le dijo que podría necesitarlo, las dos se miraron fijamente, hasta que Bárbara le comento acerca de sus conocimientos aunque mucho no sabia le dijo mas mentiras que la verdad.
Es obvio que la anciana se dio cuenta luego pero la contrato le cayó muy bien la mama de liesel. Cuando llego a casa de Grace la molesta madre de ella empezó a fastidiarla con preguntas incomodas. No le hizo caso y se fue a dormir.
Al día siguiente empezó su nuevo trabajo mucha experiencia no tenia.Barabara le pregunto su nombre a la anciana Samantha dijo Había veces me llamaba mucho la atención la relación de Bárbara y Samantha me recordaba mucho la relacionentre una madre e hija talvez es por eso que siempre congeniaron.
Ya habían pasado meses desde que empezó a trabajar en la panadería no ganaba mucho pero Samantha le propuso que fuera a vivir con ella. Vivía sola y quería como compañía a la mama de liesel.
Cuando ya era de noche Barajara volvió a casa de Grace y le comento porque se iba y también la relación con su madre nunca fue buena y no quería tener mas problemas, pero a los que si iba a extrañar era a los pequeños de grace les tomo mucho cariño en ese tiempo. A Grace no le gustaba la idea de que se valla a vivir con la anciana que trabajaba, la extrañaría mucho, se había acostumbrado con ella.
Cuando ya se fue a vivir con la anciana le llamo mucho la atención el tipo de lugar en que vivía era una casa hermosa muy grande para una sola persona, a Bárbara le encanto el lugar las conversaciones entre las mujeres era para reírse a la anciana no le gustaba que Grace con sus hijos vengan a visitarla no le caía bien.
A Bárbara le llamaba mucho la atención un cliente de la panadería un señor ya grande tal vez de la misma edad de Bárbara y de esto se dio cuenta Samantha ella empezó a hablarle acerca de el que es lo que le gustaba y lo decía sin que la mama de liesel le preguntara pero no sabia disimular.
Este apuesto señor se llamaba Brian soltero, en un tiempo atrás tuvo una familia pero los perdió en una accidente, vivía con su madre una persona joven de una carácter amable. A también le interesaba Bárbara le parecía una mujer hermosa y siempre buscaba el momento para invitarla a salir pero nunca lo encontraba.
Un día la anciana se enfermo solo bárbara atendió la panadería era el momento justo para Brian no sabia como empezar pero lo termino diciendo ella quedo encantada en salir con el, Bárbara siempre decía mentiras para salir de la casa obviamente nunca se lo creía la anciana, al principio las salidas eran incomodas para los dos pero con el tiempo fueron mejor la mama de Liesel nunca le comento acerca de su pasado sentía vergüenza por lo que hizo pero a pesar de que fue por el bien de su hija, Brian estaba decidido casarse con ella y después de unos meses se lo propuso, no toda la vida iba a estar mintiendo acerca de su relación con Brian a la anciana aunque ella desde hace tiempo ya lo sabia, cuando la mama de liesel le comento a Samantha le pareció bien en que se casara con el sabia que los dos iban a estar bien ella lo conocía bien a el y su madre. Los dos pasaron tiempo juntos, la casa donde vivían era cómoda aunque no todo fue color de rosa cuando empezó la primera guerra mundial a Brian se lo llevaron a una campo de concentración era judío mientras Bárbara escapo y estuvo durante mucho tiempo escondida en casa de Samantha era como una madre para ella y en lo único que pensaba era su esposo y su hija.Hasta que un bombardeo en el pueblo acabo con la vida ella.
Cuando llego a mi lado
“Lo primero que me pregunto fue acerca de Liesel lo único que dije fue que estaba bien,”
Brian ya estaba esperándola desde hace tiempo al lado de la muerte el reencuentro fue emotivo solo con un abrazo muy fuerte, faltaría mucho tiempo para volver a ver a Liesel.

Escritura creativa a partir de la novela, por María José Aguirre

Dos personas en una misma tarde de imaginación

…No fue nada fácil para Liesel seguir sola luego del pasado que llevaba sobre los hombros, ahora se le juntaban muchas más cosas, ya no era solo su hermano, sino ahora eran Rosa, Hans, Rudy, los Steiner, y lo peor, la duda de que si Max formaba parte de ellos también.
Tomó un nuevo camino, decidió que solo confiaría en ella misma, y tal vez lo haría si se apareciera un famélico con cabello color limón…
Se tomaron su tiempo para sacar a los cuerpos sin alma, para reconstruir hogares, tal vez para gente nueva que logre disfrutar ese lugar fuera de bombardeos, fuera de llantos, fuera de corridas, de golpes entre ellos mismos, se podría hacer realidad eso.
Liesel al dar vuelta una vez más la cabeza, dejo todo el dolor ahí, así misma se dijo que ya estaba por cumplir 15 años, que la vida le había dado bastantes golpes, y antes de rendirse iba a salir adelante, iba a prosperar por ella y por cada una de las personas que pasaron en su vida, unas tal vez que ya vivieron lo que tenían que vivir, pero unos que no llegaron a eso, por eso iba a luchar; una vez más sentada, en una piedra con los dedos cruzados, esperó su milagro, estaba dispuesta a esperar hasta que algunos de los que se fueron apareciera ahí, sin nada que decir, solo con una sonrisa y una abrazo, para que en un suspiro dejen un” ya pasó”, alejándola de la pesadilla. Pero una vez más la realidad la hizo abrir los ojos y ver que tenía a un niño frente suyo, a un niño de no más de 8 años, un niño con manchas entrecortadas por lágrimas, por ropas rasgadas, por abrazos que suplicaban. Ese niño era uno de más de ellos, ya no estaba sola, no sabía nada acerca de él, pero tenían todo un camino sin rumbo para saberlo.
El niño de inmediato cayó en los brazos de Liesel, haciéndose las mismas preguntas que pasaron por la mente de ella; no dudó en devolverle lo que él pedía, ambas remeras quedaron empapadas, sentían que tenían que quedarse ahí, no esperaban la llegada de la luna y menos del sol entre los cerros, pero eso era inevitable. Y fue de ese modo en que se levantaron, se secaron las lágrimas, intercambiaron una mirada porque sabían que no tenían mucho tiempo y necesitaban un lugar donde recibir la noche, se tomaron de la mano y comenzaron a andar.
Ninguno de los dos pensó en acudir a la policía, sabían que ellos estaban por algo, que ahora ninguno podía alejarse del otro, y eso la gente de trajes no lo iba a entender.
Caminaron y caminaron durante 3 o 4 horas, el niño traía un poco de dinero, rescatado de sus pertenencias, que era suficiente como para hacer un buen viaje y al menos comer por dos días más. Llegaron a una estación de trenes, donde no había tanto pánico, la gente estaba normal, no como siempre pero circulaban sin problemas. Eran muy observados por las personas; no todas las miradas eran las mismas, unos solo pasaban y al verlos se alejaban, otros con unos niños solo reflejaban lástima en el rostro, y otros que tenían la intención de ayudarlos, eran superados por el qué dirán.
Se sentaron sobre la pared, sin llamar mucho la atención con un trozo de pan en la mano y otro poco en la bolsa, dejaron transitar con su vista un poco de gente.
De repente salió una historia de unos aproximadamente veinte minutos de la boca de Liesel, no hubo interrupciones, el niño la escuchó con mucha atención pero en ningún momento giró la vista hacia ella y mucho menos hacia sus ojos, sentía que tenía que creerle, y tenía miedo de ver otra cosa si miraba hacia esa ventana, a su corazón, él continuó esa historia, contó cómo los sorprendieron los bombardeos, con la cabeza gacha soltó que ni su mamá, ni su papá, ni su hermanita y ni su abuelita se esperaron eso. Una lágrima rodó por su mejilla y de inmediato Liesel vio a Max. El niño dejó de ser “niño”, ahora era Shmuel. Bien presentados, trataron de pensar qué harían. Él por ser pequeño, no sabía si tenía familia, ni tampoco sabía dónde. En cambio Liesel, sentía que había alguien que la esperaba y esta vez no en el cielo, sino en la realidad. No sentía nada de rencor, sino todo lo contrario, ahora finalmente sabía que en el interior del niño estaban dos personas que dejaron una gran huella en su corta vida, sabía que a la persona que ella sentía que estaba esperándola, no se iba a molestar. El crepúsculo se tornó más desafiante que nunca, se levantaron, compraron esos dulces que le revivían los momentos que había pasado con Rudy; dos señores tal vez afortunados o tal vez no, estaban sentados cada uno con su instrumento, uno con su acordeón y otro con su piano, tocaban un hermoso lento, un lento que nacía de dos personas que aprendieron oyendo, para las que el tacto era su fiel amigo, expresaron notas musicales que llevaron a un fuerte apretón de manos entre Liesel y Shmuel, con calma caminaron hacia el tren y se fueron; sus almas y una más quedaron conversando, las mismas se quedaron saboreando caramelos, sus almas y una más, que una y otra vez le pasaba la idea de que esas personas realmente le ganaron a ella, se quedaron escuchando el lento. Sus almas quedaron, pero los verdaderos compañeros se fueron sentados de espaldas a la estación. Su imaginación logró mezclarse y fue ahí cuando estuvieron más seguros que llegaron hasta ahí para protegerse y acogerse como alguien más lo haría tal vez…


AGUIRRE, María José
5°2°

Escritura creativa a partir de la novela, por Nicolás Lera

Contacto con La Muerte

Ha pasado tiempo desde la última vez que contactamos.
No he venido por vos todavía… sólo bromeo.
Tengo una pequeña anécdota que contarte.
De algo que me pasó, que fue durante mi trabajo.
Como siempre he estado viajando a causa de mi trabajo.
Es mi responsabilidad.
Y sigo haciendo la misma rutina aún.
Ayudándolos a levantarse y guiarlos hacia su destino.
A sí qué no daré vueltas al asunto, te lo diré directamente.

Con poca frecuencia veo a las personas.
No trato de acercarme a ellos y no espero que ellos se acerquen a mí.
No intento de interrumpirlos, pero debo hacer mi trabajo.
Repito, no es mi intención irrumpirlos, sólo que debo hacerlo.
No desprecio a la gente ni trato de agradarles.
Sólo observo y sigo observando.
Aun sabiendo que en cada persona hay detrás una historia…

Mi trabajo me llevó a un lugar donde mi presencia o solo mi nombre es algo común.
Pero es donde más trabajo tenía y sigo teniendo…
A las personas les daba igual y sin importar lo que sucediera.
Veía en su interior que me estaba esperando.
Con miedo y desesperación, solo eso veo…
Aunque no lo demuestren, lo veía en sus caras, en su expresión, en sus profundos ojos sin ningún sentimiento. Les faltaban algo y era que habían perdido la esperanza.
Según la mitología Griega y la Nórdica, para cruzar el río Estigio todo hombre debe abandonar la esperanza.
Es raro, pero lo último que pierde el hombre es eso, antes que nada se necesita ese requisito para poder ingresar hacia la otra vida. Pero vi aquello que me recordaba algo, esa esencia que me irrumpió durante mi deber y es por lo que he venido a contártelo.

Durante mi tarea, no sentía aburrimiento ni diversión, mis días son normales, me paso ayudando a aquellos que necesiten un guía, no pertenezco a una agencia de turismo, pero hago su trabajo.
Ese día el cielo pintaba un color anaranjado rojizo y habían rascacielos hechos por polvos de nubes que ascendían desde el suelo hasta el cielo. No sentía la presencia de personas, parece que aún me quedaba trabajo por hacer. De repente, todo había cambiado.

Pobre entre las ruinas, escombros y el aire viciado de polvo. En un lugar apilado de cuerpos, vi un joven niño, primera vez que siento esta presencia, era de alguien que no me temía, como la de un santo. Toda persona tiene miedo a lo desconocido y, es más, a la muerte ya que no saben qué es lo que sucede del otro lado.

Él estaba reuniendo los cuerpos y a la vez yo cumplía mis obligaciones. Él me los encontraba a todos, facilitaba mi trabajo aunque no era necesario. Hacíamos un buen trabajo de equipo a pesar de que fuera un niño. Quería darle las gracias.

Creo que en lo más profundo de sí mismo, sentía en dolor que no demostraba, era de admirar. Me recordaba a alguien.

Por ahora no sé su nombre, pero me gustaría saberlo. Sería interesante volver a verlo.

¿No te parece?
Como aquella vez que me interesé en una niña.
Y es la razón por la que te cuento.
Ese es el primer encuentro y no el último.
Espero que podamos volver a vernos y estés bien para la próxima ocasión.
Pero por ahora debes continuar y yo debo seguir con mis labores

LA RAZÓN DE LA MADRE

Rocío Vanina Ramirez
Helen Hirsh, la madre biológica, luego de la desafortunada muerte del hermano de Liesel, la da en adopción, como ya anteriormente había pensado.
La madre de Liesel, siendo judía, decidió no arriesgar la vida de Liesel dándola en adopción para poder salvar su vida, una vez trascurrido este acontecimiento, buscó un escondite para no sufrir la represión nazi, después de unos años de absoluta marginación logró salir del país emigrando hacia Lationoamérica.
Al llegar a este continente no podía dejar de pensar en Liesel, en cómo se encontraría, si su nueva familia la trataría bien y si podría sobrevivir a la guerra.
Todas las mañanas al despertar escuchaba las noticias sobre la guerra por la radio, y se afligía cada vez que ocurría un bombardeo en la cuidad donde vivía su hija hasta casi perder la esperanzas de volver a verla.
Al paso de 20 años, ya siendo una persona mayor de 60 años y sin perder su fé, escuchó la radio como todas las mañana y una noticia la conmovió.
Se trataba de su hija, ella se había convertido en una escritora prestigiosa al escribir un libro titulado “La ladrona de Libros” que traspasó fronteras por su alto contenido emotivo sobre la segunda guerra mundial. Liesel realizaría una gira por Latinoamérica, para promover su libro y mostrar su visión de la vida.
Allí fue cuando su madre se llenó de alegría, expectativas y grandes sueños invadieron su mente imaginando el gran momento de reencontrarse con su hija después de tanta incertidumbre y pensado si la reconocería o si tendría algún rencor por haberla abandonado. Así fue cuando miles de pensamientos repercutían en la mente de la madre de Liesel.
El gran momento llegó, en el aeropuerto recordó todos esos momentos felices vividos con Liesel y en el instante que la vio bajar del avión las lágrimas fluyeron por su rostro; en ese momento Liesel no pudo ver a nadie más entre toda la multitud que a su madre llorando desconsoladamente, corrió hacia ella y en un abrazo expresaron mutuamente sus sentimientos y allí se dio el reencuentro entre madre e hija.
Desde ese momento permanecieron juntas dejando un muy triste pasado atrás y recuperando todo el tiempo perdido por aquella separación dolorosa.

FIN

jueves, diciembre 11, 2008

El comienzo

La ladrona de libros

Un nacimiento más, uno como tantos otros, pero a este lo iba a recordar muy bien, no siempre se puede ver a una ladrona de libros nacer.
Marzo de1929 una época en la que Hitler, luego de haber sido liberado ya había escrito sus ideales en un libro llamado mein kampf y se preparaba para ganar las elecciones de 1932. Un nacimiento en las afueras de Manheim se lleva a cabo, una mujer de aproximadamente veintiséis años daba a luz a una pequeña niña, su nombre, Liesel. En una de las equinas de la habitación el padre miraba nervioso como todo primer padre, estaba nervioso, preocupado por todo, la situación dentro del lugar no era muy buena, recién casados habían comprado una pequeña casa en las afueras de la ciudad, el había sido despedido de la fabrica metalúrgica, por lo que su esposa había tomado un trabajo en la empresa textil, ahora que había otro integrante en la familia, tendría que conseguir otro trabajo y que sea remunerable.

“un año sigue a otro y un hijo sigue a la pequeña”

Con un poco de ayuda de sus suegros consiguió trabajo en una de las plantaciones de papa, el salario no era muy bueno, pero por lo menos recibía una parte de la producción que no era vendida, por lo cual la madre tubo que conservar su empleo.
Otros tiempos se avecinaron, en 1934, Adolf Hitler asume la presidencia, el padre con mucho temor, teme por la seguridad de su familia

“El padre”

De origen polaco había llegado años atrás al país vecino con las intenciones de conseguir trabajo, ya que en su tierra natal, Polonia, no había tenido suerte laboral. Con la herencia recibida por la muerte de sus padres (de noche , un tren, una vía mal reparada, un accidente fatal para muchos, varios me acompañaron esa noche, entre ellos una pareja de ancianos, aun abrazados, su hora había llegado) viajo a Alemania, en don de pensaba trabajar.
Ahora con Hitler en el poder seria cuestión de tiempo para que declarara la guerra a Polonia, era más que seguro.

“el pequeño”

Al ser muy pequeño para ser dejado solo en casa, era dejado en la casa de unas amistades, donde pasaba la tarde hasta que su madre lo buscaba al salir del trabajo. Su padre no quería que el trabajara junto con su madre, quería que estudie, pero su situación todavía no se lo había podido permitir.

“la pequeña Liesel”

Ya en comienzos de los 1938 acompañaba a su madre a su trabajo, la falta de dinero en el lugar había obligado a trabajar a una niña de tan solo 8 años. Además había tenido que abandonar la educación, era un lujo que no podían darle

“sospechas”

Se sospechaba en el barrio, que el padre de Liesel estaba en contra del régimen nazi, que guardaba armamento en su casa, que poseía radios para comunicarse con sus camaradas polacos y otros tipos de rumores totalmente estúpidos, que provenían de prejuicios por su nacionalidad. Esto llevo a que el padre decidiera dejar la ciudad, la pareja quería marcharse a Núremberg, donde viva la abuela de Liesel, ella los ayudaría a esconderse y juntar el dinero necesario para dejar el país.
Un día como cualquiera Liesel y su madre dejan la fabrica, cansadas se dirigen hacia su casa en las afueras de la ciudad, luego de haber buscado al pequeño, llegaron a su hogar.

“oh…dios mío, que paso”

La casa estaba totalmente destrozada, su padre había desaparecido, el dato:

“la policía”

Seguramente los rumores habían llegado hasta los oídos de la ley. Temiendo por su seguridad huyeron de Manheim hacia Núremberg, su padre podía valérselas por si mismo, si era liberado, hasta eso tenía que salvar a los pequeños. La única persona de confianza era su madre. Por suerte, la madre de Liesel solía llevar sus ahorros junto con ella, temía de los ladrones de casas. Viajaron en tren hasta Núremberg, donde para su misma sorpresa, su madre se negaba a acoger a los niños, decía ser muy peligroso para ella y que no poseía dinero suficiente, por lo que no se lo permitió. En la desesperación de la madre de Liesel, al no saber que hacer con sus hijos, consiguió que su madre pidiera unos favores a sus amistades para encontrar una familia adoptiva, la consiguió en las afueras de Múnich. Por lo menos dejaría a sus hijos con una familia, pero la desvelaba el no conocer la misma, pero eso seria lo mejor para sus hijos, si… debía hacerlo por su bien, la abuela le dio el dinero para el viaje, sin saber que decirle, si agradecerle o golpearla, mejor no decir nada, solo un abrazo y subieron al tren.

Guaimás César
Gattino Francisco
5º-3ª

El padre de Liesel

Escritura creativa

El padre de Liesel

Anteriormente he narrado un poco sobre las aventuras de Liesel, pero no he dicho mucho sobre su la vida de su padre, tal vez quieran saber un poco de el…
Ya lo había visto antes de habérmelo llevado, un hombre muy trabajador.

Dato Clave
El padre biológico de Liesel
nunca fue su padre

Nunca visitó a su familia, en realidad nunca conoció a su hija Liesel, ni a su hermano ya que los abandonó al nacer Liesel, aunque les mandaba dinero para poder mantener a su familia. No tenía cara para visitarlos.
Su mamá se encargó de ocultarles a sus hijos esa verdad, esa triste realidad. Es por eso que mucho Liesel no recuerda; esa es la razón por la cual el nunca fue su padre. Un padre es aquel que siempre está al lado de sus hijos, que está allí para cumplir con sus obligaciones, como la de corregirlos, castigarlos, pero por sobre todas las cosas amarlos y estar a su lado hasta mi llegada. No es aquel que abandona, por llevarse mal con su pareja, no es aquel que se rinde tan fácilmente para irse a vivir a otro lado.
Jamás llamaría padre a aquel que no lucha por mantener a su familia unida, por hacerse cargo de sus responsabilidades, a aquel que no hace todo lo posible por estar al lado de sus hijos apoyándolos, cuidándolos, dándoles seguridad y que cuando estén atravesando por conflictos, estar para apoyarlos y decirles “Yo estoy aquí para ayudarte donde sea, como sea, no estas solo me tienes a mi…” a si dándole tranquilidad segura.
Pero sí llamaría padre a aquel que prepara el desayuno a sus hijos, ese que esta siempre cuando un niño se levanta y se acuesta, a ese que los reprende por haber hecho algo incorrecto, ese que los defiende y los ama, ese que esta cuando lo necesitamos, y que ayuda a mamá a sentirse valorada.
La comodidad de Liesel terminó, cuando liberé el alama de su padre y me lo llevé. Desde ese entonces todo terminó para Liesel, La ladrona de Libros.

Romina Chambi
Mariela Santivañez
5º-3ª

domingo, diciembre 07, 2008

Rudy y Liesel

Prácticamente nadie sobrevivió a aquel aluvión de bombas sonando al unísono mientras caían, unas tras otras como gotas de agua en una lluvia torrrencial; menos mal que esos dos tórtolos pudieron esconderse en el primer y último refugio, al que los judíos que lo construyeron no llegaron para ampararse bajo y entre sus paredes tristes y oscuras que los aislaba de toda forma de vida.
Luego de tal catástrofe no habían quedado heridas físicas en Liesel y Rudy, pero la huella imborrable del carácter irritable de Rosa y la afable compañía de Hans Hubermann estaba tan presente como si ellos siguieran vivos y acompañaran a Liesel.
Mi trabajo es árduo y fatigoso pero lo amo....¿ves?...también siento y me emociono,( no como los humanos, porque lloran, ríen y todo a la misma vez ...!no!... sino a mi forma); tanto asi que hasta me alegro de no haberme aprovechado de la situación y llevarme a esos dos ese día lluvioso en el que tenían predestinado morir. Hasta el día de hoy no pude explicarme porqué no me los llevé ... y no lo quiero saber.
Hace un buen tiermpo que dejé de sorprender a los de Alemania, o por lo menos hace un buen tiempo que no hay bombas que provocan la hinchazón del cielo.
Creo que hasta el día de hoy me siguen conmoviendo las palabras que Rudy le dijo a Liesel ese día grisa de bombardeos; fue algo así:
-Saukerl, ¿ cuándo piensas darme aquel beso?.
-¿ Qué beso? !Yo no te debo nada!
- ! Cómo que no!. ¿Acaso ya te olvidaste?... Mirá que hoy puede ser el último día de nuestras vidas.. no lo arruinés.Vamos, no querras que dentro de algún momento nos arrepintamos de algo que no puedimos hacer; aprovechemos este momento porque una vez que no estemos no podremos hacer tantas cosas que hasta ahora estuvimos dejando de lado.
-Prométeme que si escapamos de esta, siempre, siempre serás mi amigo, Saukerl querido.
-Está bien.. pero el 60% de las manzanas que recaudemos serán mías.
-Mmm, está bien.
Realmente esto me marcó; creo que acabo de encontrar la respuesta a la pregunta que no podía responder. ¿Porqué están vivos Liesel y Rudy?. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.. y porque aprendieron a valorar cada segundo juntos.
Bueno ya saben como termina: Todos flacuchos y siguieron robando felices ( Aunque no como amigos).
Josefína Anahí Barela

jueves, diciembre 04, 2008

"La Ladrona de Libros"

TESTIMONIO

Bayón Cristian 5°-3°

Al iniciar mi lectura sobre esta novela me pareció interminable ya que tiene aproximadamente 500 Páginas y no me atraía mucho su lectura, sólo la realizaba por obligación.
El primer aspecto que me hizo poner un poco más de atención a la lectura fue el hecho de que el narrador era la muerte, algo que no me esperaba y además nunca había leído un libro de este tipo de literatura (sobre guerra) narrado por la muerte. Y al observar sus características en el prólogo me interesó, por que quería ver que visión podrían tener del tema.
Como no le encontraba mucho sentido a la lectura, traté de meterme más en el tema y en los personajes, a pensar qué haría y cómo me sentiría si estuviera yo en esas condiciones y ese entorno de guerra en la Alemania nazi. En ese momento fue cuando entendí el verdadero significado de la novela y lo que trataba de mostrarme. En los primeros capítulos me muestra cómo una madre desesperada por la muerte de su hijo y por encontrarse en una situación complicada, decide dejar a su hija con una familia adoptiva en Munich. A partir de ahí, la novela muestra la nueva vida de Liesel, sus aventuras, sus tristezas, sus alegrías su pasión por la lectura y, sobre todo, por los libros. Lo que no me impacto demasiado y llegó a aburrirme, en un momento. Por lo anteriormente dicho me dedico a referirme a las partes que más me gustaron y las que me aburrieron:
Las que más me gustaron fueron la cuarta, la sexta y la décima ya que en el cuarto empieza a mostrar los valores del nazismo, la guerra pero también muestra la amistad a pesar de ser entre un judío Erik Vandenburg y el padre adoptivo de Liesel Hans Hubermann (que supuestamente son dos personas muy diferentes). Esto ocurrió en una guerra en Francia. Lo que mas me impacto fue la solidaridad y el cumplimiento de la promesa de Hans Huberman a la familia de Erik Vandenburg, luego de su muerte. El dijo que los ayudaría en lo que pudiera y le dio su dirección. En esta parte de la novela es cuando aparece el hijo de Erik, Max, y por el exterminio de judíos venía a pedirle ayuda a los Hubermann, que los acogieron con mucha solidaridad,
En la sexta parte, lo que me atrajo y me hizo elegirla como una de mis partes preferidas fueron los diarios de la muerte tanto en 1942 como en Colonia.
Lo que más me gustó de la décima parte fue el termino de la novela ¡¡ jaja!! Fue el grado alto de emotividad y tensión que sólo se puede encontrar en este capítulo y la actitud de Liesel que sigue adelante a pesar de tener todo en contra. Eso fue algo que me impacto y me hizo reflexionar en algunas cosas que no tenia muy claras, como por ejemplo si comparo mi estado actual (buena situación económica, familiar y social) con la época de guerra puedo concluir en que se puede salir adelante sin tener buenas condiciones de vida
Las parte que mas me aburrieron fueron la segunda tercera y la octava que no me produjeron nada y solo me aburrieron por el hecho de que se refería a la presentación de los personajes y no daba muchos detalles de Hitler o su régimen que creo que eso fue lo que le falto a la novela.
En ella remarca o gira sobre los valores nacionalistas y socialistas que crecían en la gente Alemana impulsados por el Führer, que hacía creer a la gente que eran una clase superior y debían exterminar a todo aquel inferior a ellos “los judíos”, quienes fueron torturados de una manera cruel e impune. La novela muestra por ejemplo muestra a Frau Diller, que no te dejaba entrar a su tienda sin un Hei Hitler! en conmemoración a Hitler o Franz Deutscher muy relacionado e implicado con el partido nazi al que no saber algunas cosas de Hitler le parecía una grave ofensa, tal como le sucedió a Rudy y a Tomy cuando por no saber el himno nazi o no querer cantarlo por el simple hecho de ser caprichoso, fueron castigados…
Pero también existían familias como los Huberman y los Steiner que no estaban de acuerdo con el partido nazi a pesar de que los Steiner estaban inscriptos en el partido nazi y los Hubermann aparentaban estar a favor de Hitler para no despertar sospechas y poder obtener un poco de trabajo.
A través de la novela se me despertaron algunas, inquietudes como:
A) _ Que por el poder y las riquezas se puede llegara matar despiadadamente a hombres, mujeres y niños inocentes.
B) _ Que la guerra es una excusa para las potencias que supuestamente intervienen para que haya paz.
C) _ Que es algo que está haciendo EE.UU. actualmente con los países de Asia.
D) _ Finalmente, cómo no pensar con todos los recursos en Argentina, que puede llegar a ser invadida y devastada.
La reflexión que hice a partir de la novela es que la amistad, la solidaridad, la bondad, la humildad y la familia están sobre todas las cosas y debo pensar en ellas como la base de la vida, para ser buena persona. Además, me hizo reflexionar sobre la muerte y la perspectiva nueva que me muestra:
Te podes encontrar con ella cuando menos te lo esperás y su aspecto no es como todos dicen, pero puede llegar a ser temerosa o no.
Con lo que puedo relacionar la novela es con una familia pobre en la cual la hija (única) a una temprana edad pierde a sus padres, pero igual, con honestidad, progresar económicamente en la vida.
Los conocimientos que me aporto fue el impacto de la guerra en la gente y en los niños cómo, a medida que van creciendo se van enterando de cosas horribles y la desesperación e impotencia que tienen al entérarse de esto. A diferencia de la honestidad el racismo se encuentra en la mayoría de los alemanes, lo que era sufrido por los judíos y los que no eran parte del partido nazi negándoles el trabajo por ejemplo.
Al no leer esta clase de libros todos los días puedo decir que me pareció muy larga y que pudo omitir algunas cosas y buscar o ser mas atrayente en otras como hablar de mas de la guerra en si.
Lo que no entendí fueron algunos cambios repentinos de la narración pasando de hablar sobre un personaje a otro sin enlace alguno, lo cual se puede observar en la tercera parte “El Luchador” la continuación y la conclusión en todas ellas salta de un sitio a otro sin aviso alguno.
Como conclusión de mi lectura puedo decir que me intereso por momentos y llego a impactarme de tal modo que me hizo relacionar la historia con algunos aspectos de mi vida. Pero, en otros, (en realidad la mayoría de la novela) no me pareció muy interesante, teniendo en cuenta que la muerte es el narrador y trata sobre la Alemania nazi de Hitler me imagine otro tipo de historia con más intensidad y suspenso. Además por momentos habla demasiado de Liesel (ya se que es el personaje principal por el cual gira la historia) pero creo que debió tratar mas de la guerra y menos de este personaje. Por lo que me dio la sensación, en algunas oportunidades, de estar leyendo otro libro referido a otra historia y sin tener necesariamente que ver con la guerra.
Finalmente, y ahora sí concluyendo digo que es una novela interesante y te trasmite valores importantes para la vida. En contra, debo decir que fue muy larga y pudo centrarse un poco más en la guerra, pero estuvo bien la idea de mostrar el entorno y sus aspectos de la época.

El Fin Perfecto

Farfán Inti 5°-3°


EL FIN PERFECTO

Los años habían pasado y se reflejaba un mundo distinto, sin guerra, todos eran finalmente felices, tenían sonrisas en el rostro y los prejuicios empezaban a escasear. El Fuhrer había muerto pero aún había millones de personas que seguían sufriendo y acordándose de esa época oscura, pero otras, como Rudy y Liesel lograron ser felices, por fin, estaban de novios, formaban una hermosa pareja, ambos concurrían a la universidad, Rudy estudiaba abogacía y era parte del equipo de atletismo de la universidad, Liesel estudiaba Literatura, era la mejor de su clase escribía unas historias magnificas y había empezado a redactar un libro. Los padres de Liesel eran viejos pero seguían con la misma vitalidad de siempre y estaban muy felices por Liesel, ellos seguían viviendo en Himmelstrasse, Hans ya se había reconciliado con su hijo y mantenían una buena relación, su hija Trudy estaba casada hace ya unos años con Max que gracias a Dios había salido vivo del campo de concentración (fue uno de los pocos) se conocieron en una Navidad y fue amor a primera vista, tenían dos hijos maravillosos. Todos conformaban una gran familia, llena de amor y felicidad.
De repente se escucha a lo lejos una explosión muy fuerte, parecía que la tierra se estaba partiendo en dos, Rudy, Rudy, se escuchaba, era la madre de Rudy que trataba de despertarlo - Rudy nos están bombardeando, despierta. El, al abrir los ojos, ve a su madre que estaba desesperada agarrando a sus hijos mas pequeños y que les gritaba a el y a su hermano mayor para que se apuraran que tenían que ir al refugio, entonces se da cuenta que todo había sido un sueño, un sueño muy lindo pero sueño al fin y que tenía que apurarse para salvar su vida, cuando se dirigía al refugio miró a su alrededor, todo seguía igual, la guerra, los Nazi, Max en el campo de concentración, el y Liesel seguían siendo niños, todo era lo mismo, nada había cambiado pero el tenía la esperanza de que algún día el sueño que había tenido esa noche se haga realidad.

"Una fuga, un adiós y un enviado del cielo"

Escritura creativa, por Ulises Cappa

... Transcurrieron semanas luego del sepulcro de sus padres. No soportaba la idea de ser acogida nuevamente. Miraba en silencio por la ventana lo grises que eran aquellos días. Y allí estaba, el peso enorme del recuerdo, que aturdía su mente, que traspasaba su corazón envolviéndolo de angustia. Todo Himmelstrasse llevaba consigo un recuerdo, no dejaba de pensar en Rosa, Rudy, Max y sobre todo en Hans.
Un día entre el llanto y la nostalgia decidió escapar, a pesar de que el alcalde y su mujer hacían todo lo que podían, la niña no tenía fuerzas para vivir en esa ciudad. Entonces así fue, por la mañana, una ladrona con un alma sucumbida en la tristeza, tristeza reflejada en sus ojos, corría sin mirar atrás, quizás volvería unos largos años después.

“Todos los días Dios nos da un momento en que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en que un sí o un no pueden cambiar toda nuestra existencia.”

Pensó que necesitaría algo de dinero, y recurrió al hurto nuevamente. Esa mañana temprano Ilsa Herman y el alcalde dormían pacíficamente. Antes de accionar decidió sacarse los zapatos para no causar mucho ruido. En ese momento al mirar a su izquierda visualizaba a su compañero y gran amigo Rudy diciendo “¡Hey, saumensch, yo iré por algo de comida!”, pero tomó fuerzas cuando se daba cuenta de que una lágrima se deslizaba por su mejilla. Para su suerte la puerta de su cuarto estaba entreabierta y de nuevo, no tuvo mucho que pensar donde guardaría algo de dinero el alcalde ya que pudo ver su billetera posada en el suelo al pie de la cama junto a su pantalón. Terminada la hazaña, Liesel se dirigió a su cuarto, y escribió una nota mostrando su agradecimiento acompañado de unas sinceras disculpas y algunas explicaciones.
La forma mas fácil y rápida de salir de Himmelstrasse hacia cualquier lugar fue en tren. Mucho no le costó colarse, ya que llevaba consigo el instinto de ladrona. Cuando el tren entraba en marcha, Liesel le ofrecía una “última mirada” a Himmelstrasse. Imaginaba que la despedían Rosa con un “Hasta luego y cuídate, mi pequeña saumensch”, a su lado, Rudy con sus zapatos sucios, un balón en el suelo, sus ojos azules y su pelo color limón, con una sonrisa recordándole el beso que en el más allá le daría o simplemente en la otra vida. También estaba Max con unos guantes de boxeo, orgulloso por un derechazo en el rostro del Füher y, por último, al hombre de los ojos plateados, Hans Humberman, con un cigarrillo en su boca, sonriente, saludándola con una mano y cargando su adorado acordeón de la otra. Liesel sonrió, y sí, nadaba en lágrimas pero lo hizo aunque todavía no puede explicar qué es lo que la impulsó a hacerlo, si fue la sonrisa de su padre o el saber que pronto se volverían a encontrar. Miró el acordeón que llevaba y luego contempló el cielo, pudo notar que entre todo ese cielo gris, se coló un pequeño rayo de luz, y sonrió más aún, sus padres estaban allí, llegó a pensar que no sólo fue su imaginación, que solamente ella los pudo ver y sentir.
Viajó y se coló de tren en tren, robó algunas frutas de los mercados para ahorrar y, para no perder la costumbre, algunos libros de las ferias.
Una tarde con un radiante sol, Liesel leía sentada en la banca de una plaza en Madrid, los libros eran lo único que la sacaba del mundo y la apartaba del llanto. Sin darse cuenta, una señora de cabellos rubios hasta la cintura, ojos azules como el mar que expresaban soledad, se sentó a su lado a leer un libro que traía en sus manos. Cada una planeaba en el mundo de la imaginación, ninguna lograba percibir a la otra, sumergidas, sin darse cuenta que leían el mismo libro. Al cabo de un tiempo, la señora de los cabellos rubios dejó de leer y empezó a observar, algo andaba raro, pero se sentía bien. Miró al cielo, vio los árboles y se tranquilizó con la melodía que dejaban los pajaritos, miró a su izquierda: algunas parejas por ahí, ancianos, perros que jugaban y mordisqueaban y algunos niños que corrían felices hacia las hamacas. Giraba su cabeza lentamente observando y percibiendo los detalles que habitaban por el lugar hasta llegar a Liesel, podía notarse cómo las lágrimas se habían secado en ese rostro, que extrañamente le parecía familiar.
- ¿Niña de dónde eres? Preguntó amablemente. Liesel la miró un poco sorprendida al sentir que alguien por fin hablaba su mismo idioma en España y respondió
- Um, soy de un pueblo de Alemania a las cercanías de Munich. ¿Usted?
- ¡Vaya! Y qué haces aquí sola en un país como éste. De seguro escapabas de la Guerra como lo hice yo, soy de Berlín. Mi marido cayó en batalla y decidí viajar y dejar atrás mi pasado porque no lo aguantaba.

Liesel tuvo una extraña satisfacción. Mantuvieron una charla durante horas, al principio estuvo algo callada, pero después habló y habló contándole su historia a aquella mujer llamada Frieda (que significa paz y alegría), Frieda Schuller.
Frieda invitó a Liesel a tomar leche y comer algo en el hotel en que se estaba hospedando y Liesel no se negó ni por un segundo, ya que moría de hambre. Llegada la noche, la mujer pidió a Liesel que se quedara, aceptó. Pasaron los días y se hicieron buenas amigas, compartían muchas cosas, como la lectura, el dolor, la soledad antes de conocerse, entre tantas cosas.
Viajaron por todos lados, Frieda había heredado los bienes de su familia y era licenciada en letras. Su viaje concluyó en Sydney, donde actualmente vive Liesel. A lo largo de los años volvió a reencontrarse con Max, gracias a una revista en donde se destacaba un libro escrito por él.

miércoles, diciembre 03, 2008

SANGRE DISTINTA

Maria Avila 5°1°


Imagínate un día nublado y feo, una gran tormenta, un pequeño pueblito, gente amontonada y preocupada corriendo por todos lados, una mujer embarazada a punto de dar a luz en una pequeñísima casa. No hay motivos para que yo no este presente ¿o si?... Pero fue extraño yo presencié todo este drama porque creí que me llevaría a una personita conmigo, y no fue así, pero me llamó mucho la atención y hoy recién llego a comprender el porqué de todo esto.
Conocí en se momento a un bebé que acababa de nacer Adolf Hitler si no mal recuerdo se llamaba. Era un 20 de Abril y fue la primera vez que lo vi. En un nacimiento!!! Todavía recuerdo ese día, muchas personas amontonadas, emocionadas y yo no veía el lado conmovedor; ¿o será que soy muy fría? No, no lo creo si quiero puedo ser simpática, pero eso ya depende de cada uno. Ya ves soy tan simpática que me olvidé de presentarme! Pero creo que no hace falta, vos me conocés, me tenés miedo y no entiendo porqué, pero no te preocupés algún día vendrás conmigo y verás que no soy mala! Pero tampoco buena, solo llego al lugar y en el momento apropiado.
Volviendo al tema, en aquel dichoso nacimiento yo estaba de más, un acontecimiento feliz para los inútiles ¿Qué haría yo ahí?... no lo supe hasta el día de hoy.
Al correr los años Adolf crecía como cualquier niño, yo lo vigilaba desde muy cerquita… me llamaba mucho la atención… concurría a la escuela siendo un estudiante mediocre y tenía las mismas necesidades que cualquier otro niño. Pero aún así era infeliz, llevaba un odio dentro suyo que todavía no descubría hacia qué era, era un niño habilidoso pero sin poder demostrarlo. Pues vivía en un pueblito muy humilde con sus padres.
Al morir su padre, Adolf decide dejar su pueblito para cultivar sus aficiones artísticas intentando entrar en la escuela de Bellas Artes y en la Arquitectura, pero sin lograrlo, empezó a llevar una vida bohemia llena de prejuicios y de incomodidades en Viena, lejos de su único familiar a quien no echaba de menos, y en quien se inspiraba para seguir “el rumbo adecuado”, su madre.
Hitler, queriendo comenzar una nueva vida, empezó a interesarse por la política influienciado por estos movimientos, se convierte en una persona ambiciosa a quien no le importaba otra cosa mas que lo que el creería o pensaba; no me creerás pero era muy interesante ver como ese odio que llevaba dentro se cultivaba día tras día, aun sin estar seguro de lo que hacia que fuere.
Pasaba días leyendo de forma desordenada y poco critica, hasta que decide entrar en el ejército bárbaro, para lo cual marcho a Munich, para luchar en la Primera Guerra Mundial; era el momento que yo estaba esperando, lo quería llevar conmigo así fuese lo ultimo que hiciese, pues con sus ideales, su ambición y su maldad me quitaría el lugar, le tendrían mas miedo a él que a mí, y desearían venir conmigo, lo cual ya no seria sorprendente porque se supone que llego de una forma inesperada, pero una vez mas me ganó, se me escapó de las manos como agua entre los dedos. Fue la segunda vez que intenté llevarlo conmigo.
Pues este hombre tenia algo que corría por su sangre, algo que lo hacia curiosamente importante, era un ser distinto, un ser que no merecía estar vivo, y eso que lo conocía poco. Pero me darás la razón si lo hubieses vigilado desde cerquita como yo; esa mirada maldita y a la vez profunda, sus gestos, el ser feliz al ver como sufrían los demás, el no creer en nada más que en lo que el creía justo y el odio que llevaba dentro y que muy pronto revelaría y cambiaría la vida de muchas personas y la del mundo entero.
Cuando Hitler asume el poder con ayuda de su ídolos y de lo que había leído como caudillo (Fuhrer) demostró su visión geopolítica deformada por el racismo, su poco interés por Francia, a la que consideraba una nación decadente y por los pueblos latinos en general. Pues allí fue cuando comprendí que este ser distinto, discriminaba a todo aquel que no pensaba o fuera como él.
¿Pero sabés qué? Hitler demostró todo su odio desquitándose con judíos, esclavos, gitanos, izquierdistas, etc. Porque según él no pertenecían al Alemania y eran de sangre distinta. Los eligió calculadamente como los enemigos más apropiados para ser culpados de todos los males que sufría la sociedad alemana. En la idea Nazi del mundo, donde la única raza con derecho era la aria, los judíos más que todos fueron marcados como la “antiraza”. Fueron usados como “chivos expiratorios”, es decir haciendo creer que la desaparición de los mismo, produciría mágicamente la solución de todos los problemas de los alemanes.
¿Tú también piensas igual? Déjame decirte algo, yo no. Pues los problemas que había en Alemania, eran económicos, las marcadas diferencias entre los que tenían y los que no tenían nada, la discriminación hacia grupos sociales bajos y la no democracia y la aversión contra quien es diferente de uno y todo aquello que haría mas a la discriminación.
Pues durante el gobierno de Hitler comenzó quemando libros para terminar quemando hombres, se legalizó la libertad de prohibir y se obligó a huir a todos aquellos que escribían y tenían opiniones diferentes a la Nazi, o eran enviados a los campos de concentración.
Ahora te das cuenta porqué este ser, (porque no se lo puede llamar persona) fue muy importante, yo sabía que por algo me daba tanta curiosidad y al fin descubrí porqué, destruyó tantas vidas en Alemania e incluso le dio importancia a casos mucho menos significantes como ser un símbolo “la esvástica” que no es más que una cruz gamada que representaba el poder de Hitler ante el nuevo orden Nazi, y el fanatismo como tarea escolar.
Este ser maldito no merecía vivir dignamente mucho menos la vida que llevaba. Pues me alegré al ver cuando este, al escribir un testamento político en el que culpaba de la guerra a los políticos extranjeros y a los judíos, un 30 de Abridle 1945 se encerró en una habitación y se pegó un tiro en la boca.
Tal vez no soportó la idea de saber que había luchado toda su vida por una mentira, o por algo que el creía que era la verdad, o tal vez ya había logrado su objetivo y no quería vivir lo que le preparaba el futuro.
De cualquier manera, haya sido cualquiera la razón por la que decidió matarse, le trajo mucha satisfacción a la Alemania y seguramente nadie lo lloró, todo lo contrario.
Pues yo estoy feliz, lo traje conmovido, es decir su alma esta conmigo después de tanto esfuerzo, de tanto esperar, Hitler es hoy un alma en pena que no hace mas que dar vueltas por aquí.
No te preocupes ni te desesperes ya te tocará a ti.

Historia de Max en el campo de concentración

Escritura creativa, por Leonardo Escalante

Agosto de 1943, Max Vanderburg recorre las calles, camino a Dachau, buscando el rostro de la niña que le ofreció una amistad eterna.
De entre la multitud aparece la pequeña, ella corre desesperada hacia él, abrazándolo con un gran dolor en su pecho, ella no puede dejar de llorar... Max la mira y le dice:
__ Ya deja de llorar pequeña, voy a estar bien, prométeme que te vas a cuidar...
Mientras esto sucedía soldados los ven; corriendo acuden a separarlos, pero les fue difícil, la niña no quería soltar a Max.
Liesel sintió una gran tristeza, tanto como la que se reflejaba en el rostro de Max.
Al llegar al campo de concentración, los amontonaron en un enorme galpón, donde en su mayoría, estaban muy preocupados por lo que iba a pasar, tanto con ellos, como con sus pertenencias y familia. Desde ese lugar en el que estaba Max, se podían ver v los aviones que iban y venían, bombardeando zonas aledañas. Todos morían de miedo... el dolor era insoportable; a Max le caían lágrimas al ver todo esto, pensaba en Liesel, de hecho nunca dejo de pensar en ella...

__Ya es de madrugada y aún no consigo descansar, y es que en realidad, nadie puede descansar con todo este desastre.
No podía dejar de pensar en Liesel, comenzaba a extrañar sus abrazos, su dulce voz y su simpatía. Cada día que pasaba en este calvario, el dolor se encarnaba mas en mí, no lograba entender cómo esta sociedad permitía tan horroroso desastre, gente muerta por todas partes, torturas, masacres, fusilamientos, violaciones a tanta gente.

Pasaron dos años, y en mi cabeza y en mi corazón no tengo otro sentimiento más que el de venganza.
Dos de mis compañeros han sido asesinados hoy, por no poder soportar este infierno.
Ellos estaban tan débiles; Stephen tenía una pierna rota, a él lo mataron por no ser útil, y Joseph, padeció por no haberse prestado a la impunidad y malicia que inundan este lugar...

Luego de tanto sufrimiento y dolor, mi mente comenzó a hacer estragos en mi cuerpo, y sentía como mis anhelos de pronto se cumplían, aunque , en realidad eran ilusiones mías, tanto así que llegué a sentir nuevamente, la luz de aquellos ojos que iluminaban tanta oscuridad y que me ayudaban a llegar al refugio donde me sentía protegido.
Tanto era el anhelo, de no estar más en este lugar, que llegue a suplicarle a Dios, compañeros, me enseñaron el significado de aquellas palabras que me habían enseñado mis padres.
En la mañana del 29 de abril, algo raro pasaba, el soldado que tocaba las campanas todos los mañanas para que nos levantásemos, nunca las tocó.
Era la hora de la limpieza y aún seguíamos encerrados; algo extraño pasaba, salimos, pero con temor, temor a morí. Lo que pasaba en aquella mañana fue que los alemanes, que dominaban, habían ido a detener al ejército estadounidense que llegaba para liberar el lugar.
Al cabo de algunas horas vimos que entraban al campamento tanques, en su costado, tenían la bandera de EE.UU, el tanque paró y abrió una de sus puertas. salieron soldados...
__ YOU ARE FREE!! GO OUT!!
Nadie entendía lo que este decía, pero todos tuvimos un sentimiento en común, que era el de que estábamos a salvo y que este holocausto había terminado.
Con calma salí de mi escondite... uno de mis compañeros no paraba de decir:
__ THANK YOU!!
Sentí la necesidad de decirlo, pero no me animé, de pronto quería volver a Molching y saber de Liesel, intenté correr, pero mis pies no estaban fuertes, y es que apenas podía caminar...
Cuando llegué a Molching, me inundó un gran dolor, estaba todo destruido, caí de rodillas al en la calle y gritaba ¡¡Por qué!!.
Luego de aquel sufrimiento mis lágrimas se acabaron, pero mi corazón y mi alma seguían dolidos.
Caminé por las ruinas, recorrí el lugar con esperanza de encontrarme con alguien conocido, aunque sea un instante, sacar este sufrimiento que me estaba matando.
Caminé por un muy buen rato, mis piernas no resistían más, decepcionado me senté en uno de los bancos de la plaza, que de hecho, estaba algo roto... De pronto sentí unos pasos, me parecían conocidos, estos eran cortos; mi corazón comenzó a latir de alegría, mis ojos se llenaron de lágrimas al ver a aquella pequeña, Liesel, salté de aquel banco apresurado a abrazarla, la pobre niña no entendía nada, y es que no me había reconocido; yo no era el mismo.
Le dije:
_ Pequeña, soy Max.
Ella me miró, y entre lágrimas y lágrimas nos abrazamos.
Mi vida ya no era la misma, mi pasado ya no importaba. Aquella niña tan tierna cambió mi vida. Ella fue mi refugio.
Me siento tan feliz por tener el cariño, la amistad, y cariño que ella me ofrece y da diariamente.

“Monotonía”

Por: Néstor David Medina Ballón

Después de abandonar a su hija a la deriva por la vida, ella comenzó a deambular por lugares que ni nadie podría recordar, tratando de olvidar esos tristes recuerdos que la agobiaban.
Día tras día, amanecía en una habitación distinta con una leve sensación de que algo muy importante le faltaba en su vida.
Así fue como la conocí, en un tren que no tenía destino alguno para ella, iba con una mirada vacía, como si ya nada le importara, me pareció extraño porque anteriormente cuando vine en busca de su hijo, su mirada era diferente, algo había cambiado, esa chispa que se encuentra dentro de ellos, se había esfumado dentro suyo.
Cada vez que se terminaba el recorrido del tren, ella bajaba, como si fuese una reacción involuntaria, y comenzaba la búsqueda de un lugar para pasar la noche; Para subsistir realizaba cualquier tipo de trabajo, aunque eso implicase entregar su cuerpo. Y así comenzaba la rutina de cada día, despertaba desorientada en un lugar distinto al llegar los primeros rayos del sol por la ventana, se arreglaba lo necesario para salir, dependiendo de la estancia en la que se alojaba, realizaba diversas tareas que se le encargaba, para así ella poder ganarse algo para comer o hasta aveces ganar un dinero extra, para así largarse y no volver mas a ese lugar, luego se subía al primer tren que lograba conseguir en la estación, y así sucesivamente.... el tren se detenía, ella se bajaba, buscaba alguna estancia para pasar la noche, despertaba, realizaba uno que otro trabajo, comía, y de nuevo al tren.
Hasta que un día, de muy bajas temperaturas (nevaba y había mucho viento)el tren se tuvo que detener porque unos árboles se habían volcado sobre las vías del tren, la interrupción había durado varias horas. Ella se había percatado de que el tren estaba detenido mucho tiempo y esa reacción involuntaria se apoderó de ella, pensando de que se encontraba en un pueblo, bajo del tren y se fue caminando, pasaron horas. Fue tarde cuando se dio cuenta que se había alejado ya bastante de cualquier rastro de civilización, cuando la vi devuelta estaba de un color azul de tanto frió, tenia los segundos contados, una extraña sensación pasó por mi ser, parecía como si me pudiera ver, aunque eso es extraño ya que los vivos no pueden notar mi presencia, pero no obstante no la ignoran. Abrió los ojos lentamente, como un reflejo de sus últimos tiempos de vida, ¿Me miró? Y dijo: Perdoname Liesel por abandonarte, nunca quise que terminara así.

domingo, noviembre 30, 2008

El nuevo ayudante de Alex Steiner

La emotiva reunión entre Liesel y el hombre con la cabellera de plumas en la sastrería del padre de Rudy ocurrió durante la tarde, lo recuerdo bien, es más, fue uno de los pocos días en los que tuve menos trabajo por hacer.
Pero, debido a que Max estuvo ausente durante demasiado tiempo, el abrazo que podría durar mucho más tiempo fue interrumpido por las preguntas de una ladrona de libros impaciente por recibir las respuestas.
-¿Cómo estás Max? Te extrañé mucho.
-Bien, nunca he estado mejor- respondió Max- Ahora por fin no me esconderé más.
-¿Qué te pasó? ¿Qué te hicieron? - interrumpió Liesel.
- Que alegría.
- Por cierto – agregó Max- ¿Dónde estás Hans y Rosa? Me preocupé al ver escombros en Himmelstrasse.
De pronto, Liesel enmudeció y miró hacia un costado tratando de no recordar, aunque era claro que no podía olvidar lo que sucedió.
-Descansan en el paraíso- dijo Alex rompiendo el silencio- Creo que no nos presentamos, soy Alex Steiner, dueño de este negocio, y por lo que contó Liesel ustedes dos son buenos amigos.
-Si señor, mucho gusto, mi nombre es Max Vandemburg- contestó mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla al enterarse de la noticia.
-No te alteres, ahora están en un mejor lugar, al igual que el resto de mi familia.
Al parecer, fue en ese momento en el que Alex sintió compasión por Max, y al enterarse de que no sabía a donde iba a vivir y donde conseguir trabajo, no dudó en ofrecerle un empleo como su ayudante en la sastrería, aunque no podía ofrecerle un buen salario, al menos podía alojarse en la casa de Alex Steiner.
Con el tiempo, Max y Alex llegaron a conocerse muy bien y se hicieron amigos, después de algunos años siguieron trabajando juntos y Max seguía recibiendo las visitas de Liesel pero con la diferencia de que ya no lo hacía en un sótano.

viernes, noviembre 28, 2008

Reescritura de La Ladrona de Libros - Laureana

Australia, 15 de agosto de 1972. Esta tarde, cuando pasaba por la plaza frente al salón municipal escuché, casi imperceptible, un sonido que me llamó hasta hipnotizarme. Era el de un viejo bandoneón azul; tocado por un anciano sentado sobre las baldosas. El hombre era igual a mi padre, era tan extrañamente parecido...Dejé caer las bolsas de las compras sin darme cuenta y cerré los ojos. De repente muchas imágenes se proyectaron en mi mente, como diapositivas con sonidos que pasaban una detrás de otra. Himelstrase, mi padre tocando el bandoneón; mi padre ayudándome a leer; yo y Rudi huyendo por una calle de tierra, con los bolsillos repletos de manzanas; Rosa y un olor inconfundible a guiso y ropa recién planchada, Max, contándome sus sueños, y de repente, una explosión estridente.Las diapositivas teñidas de negro y la luz otra vez. Era un día claro, y el viejo seguía tocando su melodía. Las naranjas de las bolsas rodaron calle abajo, pero no puede moverme. Las lágrimas se apoderaron de mis ojos hasta nublar del todo la vista y ya no puede ver más nada. Recogí las frutas y seguí caminando con las bolsas. Empecé a correr y corrí hasta llegar a casa. Allí estaban las dos, como luces dentro del lúgubre comedor. Las abracé fuerte y les dije que las amaba. Es cierto. Amo a mis hijas más que nadie; tanto como amé a Hans y a la familia que me enseñó a amar y a ser feliz, aún en el más trágico de los días.
Laureana

jueves, noviembre 27, 2008

Un lugar muy conocido para mí

(Escritura creativa a partir de La ladrona de libros)

Por Zoe Valeriano


Una nueva hora. Un nuevo llamado.

De hecho, prácticamente ya vivía allí. Era mi hogar, aunque eso no me gustaba. Pero ese no era el único en el mundo, había muchos, y todos eran iguales. Eran los lugares en donde más trabajo tenía (aparte de los lugares bombardeados).
Pero había un sitio que me produjo la necesidad de visitarlo sin que me llamaran para hacerlo. Era el Campo de Concentración de Dautchau, donde por esas cosas del destino –un viejo amigo- terminé encontrando a ese sujeto de plumas por cabellos, ese gran escritor, ese gentil y buen amigo; Max.

Yo siempre estaba tranquila, pasara lo que pasara, pero él no. Parecía desesperarse cada vez que le aplicaban los castigos con las picanas eléctricas; o cuando le hacían comer estiércol y hasta cuando pasaba semanas sin comer. Durante ese tiempo no hubo día en que él no me llamara, o me pidiera que lo llevase con migo, siempre lo hacía y a veces a gritos; pero luego se acordaba, de su vieja amiga, Liesel, entonces se tranquilizaba y cobraba fuerzas nuevamente, para soportar la injusticia que él y muchos otros sufrían.
Pasaron casi dos años, hasta que la guerra terminó; fueron dos años, espantosos para Máx, hasta que un día todo cambió.

Un día como cualquier otro (pensaba él), pero no fue así, ese día sería el mejor de su vida, después del reencuentro con Liesel; solo que él no lo sabía todavía.

Era una mañana lluviosa, pero el sol comenzaba a asomarse como si pretendiera avisar que las cosas mejorarían. Todos se dirigían al patio, cada uno con su pico y su pala, para realizar los trabajos forzados. De repente se escucharon disparos, todos los guardias empezaron a correr, cayeron las bombas y empezó el descontrol. Todo esto pareció una eternidad, pero tan solo fueron unos segundos, no les tomó mucho a los rusos tomar ese campo, solo le bastó con dos tanques de guerra, un par de aviones y unos cien soldados.

Una vez terminado el enfrentamiento, liberaron a todos los prisioneros que se encontraban en ese lugar, entre ellos Max. Pasaron dos semanas hasta que el joven de cabellos de plumas, pudo volver a Molching y reencontrarse con su gran amiga, para quedarse con ella hasta el último de sus días.

FIN

La vida de Liesel después del bombardeo

(Escritura creativa a partir de la novela La ladrona de libros)
Por María Elena Lizárraga
5º 1ra



Luego de que la ladrona tuvo entre sus manos y acarició aquel polvoriento libro negro que elle había escrito buscó en aquel bolsillo de anciana que tenía una cosa, la sacó y largó una carcajada.
- No creas que me olvidé de ti.
Por primera vez me sentí sorprendida por alguien también me tembló la mano y por momentos estuve a punto de derramar una lágrima cuando me di cuenta de que Liesel me había regalado un libro titulado “La vida de Liesel Meminger después del bombardeo”.
Paseamos un rato por aquellas avenidas de Sydney, luego la dejé en el lugar donde suelo depositar las almas con mayor fortaleza. Me disparé a un rincón porque deseaba leer el libro de la ladrona. Tenía impresa una dedicatoria para mí.
- Para la muerte más digna de Liesel.
Luego empecé a pasar hojas pero solo te contaré algunos aspectos que seguro quieres saber.
En 1948 Liesel dejó la ciudad de Himmelstrase para trasladarse a Argentina. La ladrona daba clases de lectura a los huérfanos de los hogares.
Una tarde lluviosa, en la ciudad de Buenos Aires, Liesel recibió una carta del hombre judío con plumas por cabello.


12 de Noviembre de 1956 Texas- Estados Unidos

Querida Liesel:

Como puedes leer, me encuentro en los Estados Unidos, no muy cerca pero tampoco lejos de donde tú estás. El día 17 iré hacia Argentina a visitarte y podremos hablar de nuestras vidas.


Liesel fue a buscar a Max que recién había llegado a la Argentina se sorprendió al ver que dos personas más estaban con el.
- ¿Cómo estás Max?
- Liesel, amiga mía. Ella es mi Abukara mi esposa es africana y el es Josué Luterstein, un amigo que conocí en el campo de concentración.
Te contaré lo importante. Liesel terminó sus días con Josué Luterstein, un hombre que en bondad te podría recordar a Hans, además amaba tanto la lectura como ella.
Vivieron 20 años más en Argentina y tuvieron tres hijos, luego viajaron a Sydney por razones de trabajo. Allí es donde lo busqué a él en 1983, su alma era liviana y estaba tranquila.
La ladrona vivió unos años más y cuando la busqué, además de dejarme sus dos libros me dejó marcada su sonrisa de satisfacción porque le di todo el tiempo del mundo antes de llevarla conmigo, lo que le permitió cumplir con sus metas.
Una esperanza tras otra

Por Rocío Jimenez
5to 1ra

El Encuentro
“cuando me desperté nunca creí lo que iba a pasar,
La única esperanza que tenía era
La familia de mi amigo: Rudy”

Liesel estaba a dos meses de cumplir años, detrás del mostrador del negocio del hermano del difunto Rudy, Alex, quien habría vuelto de la guerra y todos los hermanos de la familia Steiner, la ladrona del libros entró al fondo a buscar unas agujas, indispensable para la sastrería, en medio del desorden, escuchó una voz muy familiar, que preguntaba por su nombre, dejó el trabajo atrás y prestó mucha atención, salió desesperada y se encontró con Max, una persona la cual en algún tiempo se sentía muy identificada por los sucesos injustos que vivieron en un pasado no muy lejano. Se miraron y hasta que cayeron que eran las mismas personas que alguna vez vivieron en horror, corrieron esos pequeños metros y se abrazaron fuertemente, sus lágrimas cayeron libremente, y sus rodillas fueron esclavas del piso.
Axel quien presenciaba con orgullo ese hermoso momento, ofreció a Max quedarse unos días en su casa, no iba a tener todos los lujos, pero iba a vivir. Max acptó.
Esa misma tarde Liesel, cuando preparaba la cama para Max, charlaba con el nuevo integrante y le contaba lo siguiente:
“El relato de Max”
Pensé que estaba en el infierno,
Había personas de todas las edades,
La mayoría murieron.

Max se sentó en la cama, Liesel como siempre tan curiosa le preguntó todo lo que se le vino a la cabeza: ¿Por qué te fuiste?, ¿Dónde fuiste?, ¿Qué te hicieron?, ¿Cómo volviste?, ¿Qué son esas cicatrices?; después de un gran suspiro el exclamó que se había ido de la casa porque se sentía ya muy incómodo.- “Tenia necesidad de salir a fuera y volver a ver el mundo, aunque me asustara mas, me estaba volviendo loco. Fue una noche espantosa, Salí por la puerta principal, cuando todos dormían, después de que leíste con tu padre, hacia mucho frio y tenia mucha hambre, solo pude sacar un pedazo de pan duro que estaba sobre la mesa. La mañana siguiente, después de haber caminado como diez kilómetros, al norte, me senté en una plaza, que para mi desgracia era hitleriana, pero hasta ese entonces no lo sabia, las piernas no me daban más, ya estaba en otro pueblo, no recuerdo bien el nombre. De repente vi pasar un grupo de militares, en busca de sangre humana judía y negra, apenas los vi y me escondí detrás de un gran basurero, lleno de cosas extrañas, creí que había pasado desapercibido, pero cuando pensé que yo no estaban, saqué la cabeza para estar seguro y sentí una punta clavada en mi espalda, nada suave, me tiraron al piso, me pidieron documento, pero con el solo hecho de mirarme, mis rasgos revelaban mi verdadera identidad: soy un judío. Escuche tantas palabras extrañas, o hace mucho que no había hablado con nadie, la cosa era que me vendaron los ojos y me llevaron a un campo de concentración. Parecía el infierno, cada día veía gente nueva y extrañaba otra , vestíamos un camisón marrón que en realidad era blanco, pero había mucha suciedad; a veces comíamos y a veces no, alguna vez sospeche de estar comiendo carne humana, porque era mas duras y mas difícil de masticar, pero el hambre abundaba; nos bañábamos solo una vez cada tres o cuatro semanas con jabones muy extraños, parecían grasa; y las torturas eran parte de la vida cotidiana. Los días pasaban y yo seguía ahí, era insoportable, tenía tantas ganas de morir, pero la muerte ni siquiera se fijó en mí; los niños lloraban, y los gritos de desesperación no dejaban de sonar ni siquiera de noche, ahora veo que fui muy afortunado, y que la muerte no es la causa del receso de la vida, ella solo se lleva tu alma”.
Liesel exclamó: - ¿Cómo pudiste escapar? – no lo sé- dijo Max – solo pasó el tiempo, la guerra acabó y las puertas se abrieron sola, pero solo los mas despiertos pudimos salir, luego de unos obstáculos, las cerca, ladrillos y alambres de púa, se veía la carne viva colgando por todas partes pero las heridas de mi corazón, eran mucho mas grande de las que me había hecho al escapar. Cuando salí a una ruta, unos grupos de comunistas y anti hitleristas festejando con una marcha tranquila, pero con luto, les pedí ayuda y me dirigieron aquí, ya que les pregunte sobre este pueblo, no sabia donde estaba parado, cuando llegue encontré todo destruido, las cosas ya no eran iguales, muy pocas casas estaban en pie, la tuya no pertenecía a una de esas.

El recuerdo de Max
“A veces escuchaba conversaciones
desde el sótano
Y recordé lo de Rudy”

-y ¿Cómo llegaste aquí?- dijo Liesel. –una vez mientras comía el almuerza, escuché lo de Rudy, tu amigo, fui relacionando anécdotas, y le pregunté a una familia que recién se estaba asentando aquí por la familia Steiner, en realidad mal pronunciado y me dieron esta dirección, creí que no encontraría rastros de ti, porque te creía muerta pero por fin me paso algo bueno después de mucho tiempo: volverte a ver.

Desde la mirada de Liesel
“esa bomba me llevó
Todo lo que necesitaba y quería,
Creí que lo había perdido todo,
También te creí muerto”

Liesel, me incomoda un poco preguntarte esto, pero ¿Cómo fue que pasó eso de la bomba? Perdón , pero no tenia mucha información por donde yo estaba- exclamó Max muy preocupado y enrojecido, la ladrona de libros respondió: -parecía un día cualquiera, la esposa del alcalde me sugirió que dejara de robar libros, y que empiece a escribir uno, todos los días bajaba al sótano a escribirlo, una tarde las alarmas no sonaron, o mas bien sonaron demasiado tarde, la bomba cayo en medio del pueblo, y yo fui una de las pocas sobrevivientes, todos habían muerto, me refiero a todos cuando hablo de las personas que mas quiero- derramó una lágrima.
Max abrazó a la ladrona de libros y trató de consolarla.
Pasaron varios días, Liesel trabajaba sin cesar y Max buscaba trabajo, que en ese momento era muy difícil encontrar, mientras que también ayudaba en al sastrería.

La carta inesperada
“fue un 15 de abril,
Como cualquier nuevo día para morir,
Solamente que hoy había una nueva esperanza
Para vivir”

Después de desayunar, la familia empezó con el nuevo día, estaba un poco fresco pero había sol, las nubes volvieron a ser blancas.
Alrededor de las diez AM, en la casa de la familia Steiner se corrió el rumor de algo que quizá cambiaria la vida de los sobrevivientes mas preciados de Alemania.
Luego de unos días se confirmo que el rumor era cierto, una carta indecisa, que no sabia donde ir a parar, y que no encontraba a su dueño, tocó las puertas: era un señor vestido muy raramente, o quizá habría viajado demasiado, con el fin de entregar esa carta, y se ensucio demasiado; con su cara cansada con ojos caídos y arrugas en los labios secos; era mandado por el gobierno. Con un leve saludo pregunto por Max, cuando le confirmaron que el estaba de pasada por ahí, el sujeto exclamo con alivio:- ¡por fin!, estuve días buscándolo, no sabia donde encontrarlo, espero que esta carta le sirva de algo, hay varias personas que lo están buscando por todo el país, y la verdad que me siento afortunado por haberlo encontrado.
Max se quedó muy sorprendido, y, a fin de cuentas, hace rato que no recibía nada fuera de lo común, solo el hospedaje caluroso y bienvenido de la familia Steiner.
Se sentó, abrió la carta, terminó de leerla y no lo podía creer, puso la cara mas extraña que nunca había puesto, como si fuera que no supiera que hacer. Liesel sorprendida le preguntó que le había pasado, y el contestó: -Liesel, no se que hacer. La ladrona de libros estaba muy confundida, no entendía nada. Al pasar un rato, una pausa para volver a tierra, el explicó que la carta decía que el gobierno le otorgaba a todos los judíos sobrevivientes, que por cierto eran muy pocos, dos viajes a la Argentina para rehacer su vida, ya que Alemania no tenia los recursos necesarios para subsidiarlo no darle trabajo, estaba todo destruido, y Bs. As. Era una buena opción, ya que en ese momento este país estaba pasando por un proceso de industrialización, la cual se necesitaba mano de obra, y la educación era gratuita.

La decisión de la vida
“siento mucho tener que hacer esto,
Pero hay algo en mí que no me deja impedirlo,
Les agradezco mucho y de todo corazón todo lo que hicieron
Por nosotros, la verdad que ya son parte de mi.”

A Max y Liesel no les hubiera gustado dejar todo en el olvido, pero también tienen que empezar una vida nueva, es muy difícil despedirte de quien te acompañó en las buenas y malas, la memoria recalca todo lo que podemos ser y sentir, pero el pasado es pasado, y si bien nos ayudará en nuestro fututo, también es el destino quien nos guía para construir el camino, y esa carta es el destino.
Así fue como Liesel y Max tomaron un rumbo nuevo, donde la ladrona de libros tiene una corazonada muy grande, que la va a llevar a ver el ser mas apreciado que buscó durante años, pero que no podía nombrar, el ser que no volvió a ver nunca mas desde que entro a ese extraño lugar, desde que tenía ocho años.

miércoles, noviembre 26, 2008

El destino de la madre biológica de Liesel

(Escritura creativa sobre La ladrona de Libros
Rocío Arispe)
Todo ocurrió después de aquella terrible despedida con un simple adiós. Ambas sabían que nunca más se iban a volver a ver....
En sí, por su parte la madre se decía: -"I am feellin a bit miserable today" De regreso a tomar el tren a Bahnohof de Munich, a pesar que llevara a cuestas el recuerdo de sus hijos ella sabía que la vida continuaba y que no siempre iba a vivir de eso. De regreso a donde pertenecía, simplemente su destino ella misma lo decidiría. Después de andar de un lado para el otro, pasaban los días, continuaba sin hacer nada, durmiendo en las calles, sin comer un solo bocado de algo, sin saber qué iba ser de ella más adelante si es que aún sobrevivía a todo. Tantas ganas de conseguir aunque sea un poco de dinero para comida....la necesidad hizo que ella misma llegara a prostituirse, en especial con los alemanes, quienes eran los que tenían la "plata".
Noches de horrores pasaba cada vez que tenía que ir a encontrarse con alguno...hasta que llegó a quedar embarazada, y se tuvo que retirar, con lo poco de plata que había juntado pudo alquilar una habitación para vivir quizas por algún tiempo.
Durante este tiempo conoció una gran familia, que la ayudó en y con todo...
Ella siempre le estuvo muy agradecida tanto que les regaló su propia hija, Belén, como agradecimiento a todas sus ayuda ya que gracias a ellos pudo llegar a se alguien y tener sus propias cosas como una casa, y el haber conseguido un trabajo decente.
Pasaron años, y todo continuaba igual, pero a pesar de ello se preguntaba ¿Por qué? si tenía todo...no le faltaba nada....en si por ratos recordaba a Liesel...y se preguntaba ¿qué habrá sido de ella?, ¿se habrá olvidado de su madre?...¿qué me ha pasado?, ¿cómo pude abandonarla?...nunca se lo iba a perdonar a pesar de que haya sido por motivos especiales...
Decidió buscarla, encontrarla y llevársela consigo misma...pero en el momento y día inesperado que la llevó a encontrala, Liesel estaba en las últimas...se estaba muriendo de a poco...
A pesar de ello, el solo saber que había logardo encontrarla era un a felicidad incomparable con la de nadie, y al mismo tiempo una tristeza con solo ver que la volvía a perder...
Tal fue la reacción que no resistió esta vez quedarse sola en esta mundo de mi....
Sin razonar ni pensar en nada, solamente tomó la decisión y se terminó matando, para no seguir sufriendo con toda la tristeza que le ocasionaba Liesel.

Rocío Arispe 5°1°

EL DIARIO DE LIESEL MENMINGER

(Escritura creativa sobre La Ladrona de Libros, por Sara Quispe)
Todo acabó, solo veo los recuerdos en el horizonte que se pierden y que jamás regresarán a mi mente. Se terminó. El aire está agitado, el cielo llora cenizas, la tierra se desespera ante la fría y cruda situación que se pone de manifiesto en la pequeña ciudad de Himmelstrasse. Qué pena, observo que Liesel llora, se desespera, grita, jadea e inclina su rostro hacia sus seres queridos, con la tristeza presente en su cuerpo famélico intenta revivir a esos que se encuentran sin vida. Mientras ella implora al cielo y a la tierra volver solo un momento con su familia, su diario es llevado en medio de todos los escombros.
Así como robé el alma a las personas, recuperaré el diario de Liesel, en un segundo y lo haré preso de mis aventuras…“La ladrona de libros” recorrió pueblos, ciudades, países y fue conocido por miles de personas, anhelando ser encontrado por alguien que realmente entendiera el significado y el valor que poseía ese escrito.
Pasaron años hasta que llegó el primer otoño para el diario, sus hojas se secaron, se volvieron amarillentas, su lomo se encogió y no hubo nada que lo hiciera renacer.
Era un lugar descampado, cálido y desconocido, el diario estaba en medio de algunas hierbas, cuando de repente una niña de aproximadamente trece años pasó por aquel lugar, y reconociendo las tapas que contenía la historia de Liesel, lo llevó consigo en medio de sus brazos, caminó varios metros y se sentó bajo la sombra del único árbol que se hallaba en ese lugar. Sin importancia y conocimiento la niña abrió por curiosidad el libro que la llevaría a conocer las escalofriantes escenas vividas por Liesel Menmimger. Leyó de principio a fin, pero todo eso parecía ser ciencia ficción, en aquel momento pensó dejar el libro en el mismo lugar de donde lo había encontrado, pero este le pidió: -¡Por favor, no me dejes! Las páginas del libro lloraban palabras trágicas y tristes que Liesel escribía en aquel sótano que le salvó la vida.
La niña sintió que su corazón latía a gran velocidad y estaba a punto de estallar, pero con voz jadeante cobró valor y respondió: -¡No te dejaré! Tales fueron las palabras que contestaron al llamado del libro. Juntos caminaron por sendas estrechas e iban sin destino, pasado un tiempo, se encontraron con un anciano que los dirigió hacia un túnel. Entraron. La niña se sentó en una piedra que daba la impresión de estar viva. Esta vez abrió el diario y las frases se expandieron por el espacio como lluvia de palabras con sentido imaginario, hubo una luz resplandeciente que iluminó el corredor vacío, triste y solitario. “La ladrona de libros” se proyectó en la pared izquierda como una película, la niña percibió la pena y la nostalgia de aquel día. La pequeña pudo comprender y sentir el dolor atravesando su cuerpo húmedo y transpirado a causa de la agitación que llevaba por apreciar las imágenes despiadadas y crueles que en ese momento se exhibían y estaba a punto de finalizar. Llegó ese momento, el diario cerró sus tapas y la niña sus ojos, juntos cayeron desplomadas y al unísono su ánima y aliento fueron llevados por la muerte. El corazón de la niña aún lleva impreso el recuerdo y el agradecimiento que el diario le entregó por haber sido la única persona que lo recogió del lugar triste y cálido en el que se encontraba. La historia de Liesel se ocultó bajo la sombra de la cubierta dura que el diario tenía como tapa. El anciano se agachó para recogerlo, intentó abrir pero este no accedía, se dio cuenta que el diario ya sabía qué persona tendría el honor y privilegio de leer las páginas aunque estas contengan partes injustas, dolorosas y lamentables, tomó el libro en sus brazos como lo había hecho la nena el día que conoció “ La ladrona de libros” y salió del callejón. Caminó varias horas y presintió que alguien lo seguía y le pedía que dejase el libro en medio de los arbustos donde fue encontrado, de alguna manera era la muerte quien se proponía recuperar lo que por derecho le pertenecía, ya que había logrado su prometido. El anciano depositó el diario y se marchó de aquel lugar. Una vez más la muerte salió triunfante, se apoderó del libro y lo llevó consigo igual que lo hace con las almas de las personas.
Pasaron años y la muerte devolvió “La ladrona de libros” a Liesel quien vivió muchos años después de la masacre y lo esperaba ansiosa.
Sara Quispe 5°2°

ENTRE EL ENCIERRO Y LA LUZ

(Escritura creativa sobre la Ladrona de Libros de Maira Mendoza)
La habitación estaba completamente a oscuras y solo se iluminó cuando entraron en ella dos oficiales y un despojo de mujer. Los dos hombres la llevaban a rastras y cuando la tiraron al piso , la mujer todavía yacía inconciente. No vendrían en un par de horas, debían esparar a que despertara, o de lo contrario, su trabajo no serviría para nada. Ella abrió lentamente los ojos, luego de minutos que fueron incontables. Su cuerpo, paralizado no resistía los golpes. Se forzó a recordar su nombre y a los seres que amaba (como hacía cada vez que terminaba así), aunque dos de ellos habían muerto y no supiera nada de la niña, todo para no olvidar que alguna vez fue feliz, todo para seguir siendo humana. Ella era Kerstin Gretchen. Kerstin comenzó a pensar en su pasado, queriendo ignorar los gritos que se escuchaban a lo lejos. Se preguntó como estaría Liesel, si habría crecido aunque sea un poco. Después de imaginar un rato a Liesel estirada y menos escuálida, no pudo evitar recordar el rostro de Werner en el tren, con sus ojos apagados, sin un poco de vida que dar. A él le siguió Frederick, que había sido llevado a un lugar que ella desconocía, hace como un año. No trataba de engañarse, lo habían asesinado, pero por lo menos hubiera deseado decirle adiós. El dolor de esas pérdidas, el saber que jamás volvería a ver a sus hijos, ni al hombre que amaba, hizo que se le acongojara el corazón y que grandes lágrimas brotaran de sus ojos y cayeran al inmundo suelo donde estaba acostada. Todo su cuerpo se contrajo, como queriendo lanzar un grito que finalmente fue ahogado. La puerta volvió a abrirse, y otra vez ocurría lo mismo, golpes, gritos e inconciencia.
Cuando Kerstin despertó, su mente empezó a perderse entre millones de preguntas, que comenzaban con un porqué.
¿Por qué estaba ahí? ¿Por qué la lastimaban? ¿Por qué nadie hacía nada? Mirara por donde mirara, todo lo que le pasaba no tenía sentido; aunque pensara como sus perseguidores jamás lograría entender. Veía al mundo lleno de injusticia y pobreza, ella solo quería cambiar eso. Cuando Kerstin y Frederick se unieron al Partido Comunista, soñaban con conseguir un mundo mejor para todos, libre de las manipulaciones de una minoría poderosa. Cuando Hitler ascendió como canciller, las reuniones del partido se hicieron cada vez más secretas y luego de que hiciera el golpe de estado, la persecución a los comunistas ya era esperada. Ese hombre había logrado sacar lo peor de cada persona y sabía cómo usarlo para tratar de imponer su idea de superioridad racial y política. Después de que se llevaron a Frederick, Kerstin no tuvo otra opción que entregar sus hijos a una familia que pudiera protegerlos, sabía que pronto vendrían por ella. Apenas tenía dinero para poder escapar, así que luego de dejar a Liesel con la familia Hubermann, se dispuso a huir. Tenía unos amigos que la ocultarían en Dresden, pero es obvio que no llegó, la SS la atrapó en Liev a unos sesenta kilómetros de Munich. Se sentía el ruido de las puertas que se abrían al mismo tiempo, eso le pareció extraño porque siempre se abrían de a una. Había llegado el turno de su puerta, esta vez no aparecieron los mismos oficiales, sino que vino un hombre que jamás había visto, no era fornido sino más bien menudo, con un rostro de rasgos bien marcados y un uniforme impecable. El hombre alzó a Kerstin del suelo (no le fue difícil ya que todos los huesos sobresalían en su piel), le tapó la cara con una capucha negra para que no pudiera ver, le ató las manos y la sacó de la habitación. Ella caminaba con lo poco que le quedaba de fuerza, sus piernas temblaban y tropezaban en cada paso, cuando eso ocurría el hombre se veía obligado a sostenerla para que no cayera. Mientras caminaba Kerstin podía oír los pasos de varias persona delante y detrás de ella, a veces se escuchaban los golpes secos de algo chocando contra el piso, lo único que podía hacer era lamentarse porque sabía que había más como ella, que en ese momento caían al no resistir. Luego de un rato de andar a tientas, sus pies descalzos dejaron de sentir el frío cemento, y se toparon con tierra helada y barrosa. Por primera vez en mucho tiempo, un viento limpio y fresco, golpeó el cuerpo de Kerstin y la hizo sentir viva. El guardia que acompaña a Kerstin la soltó y ella cayó de rodillas con las manos atadas hacia adelante. Por los ruidos a su alrededor pudo darse cuanta que lo mismo le pasaba a los otros prisioneros. Se escucharon varias metralletas cargándose, ella sabía que iba a pasar, ninguno de ellos servía más. Durante esos escasos segundos, pensó en Liesel, Werner y Frederick, el los cuatro paseando como una familia común sin ninguna preocupación mas que la de ser felices. Las balas que pasaban a su alrededor finalmente la alcanzaron y aunque su rostro no se veía, puedo asegurarles que murió feliz.
Maira Mendoza 5º2º

¿EL CAMINO PARA UNA NUEVA VIDA?


(Escritura creativa sobre La Ladrona de Libros de Gianina Lo Giudice)

Hey no tu indiferencia no tiene perdón

quien te robo el corazón

no te levantes del sillón

Hey no tu indiferencia no tiene perdón

quien te robo el corazón

apaga la televisión.!!!

Ska-p.

( http://www.ska-p.net/mp)



En una noche fría, un cielo negro de odio y dolor, se escuchaban gritos pidiendo salvación; había gente queriendo escapar para no perder su vida y hombres que corrían para quitárselas…yo me pregunto… ¿Qué fuerzas deben tener esas personas para matarnos sin razón, no? Al llegar a Stalingrado en mi sentí un gran vacío, como que me faltaba algo o tal vez era el miedo de saber que estaba ahí solo para que me saquen la vida. Pasé días sin comer, noches sin dormir y tardes de sufrimiento; juro no saber cómo hice para sobrevivir en tanta crueldad. Recuerdo que estuve ahí un mes encerrado con gente como yo, todas las tardes nos tiraban a un lago de agua fría, nos daban electricidad y nos íbamos a comer; por ahí cuando se acordaban nos daban un plato de fideos duros y viejos, pero eso era una vez a la semana aunque agua nos daban a cada rato. Un día estaba sentado contra una pared, descansando del sufrimiento de todos los días, cuando vi a una mujer sentada cerca mio, pero tenía algo en particular; me hizo recordar a una persona, me quedé mirándola un rato y escuchaba que rezaba mucho y mencionaba a sus hijos y pedía que por favor estuvieran bien. Me preocupé y decidí acercarme, ella se asustó mucho y empezó a gritar, como pude la tranquilicé y le aseguré que yo no le haría ningún daño, solo quería ayudarla, creo que ella lo necesitaba más que yo. Le pedí que me cuente qué le había pasado y porqué estaba tan desesperada y ella me dijo que hace cinco años que estaba en este lugar, que había sufrido de todo, pero ella solo pensaba en sus hijos y rezaba todos los días por ellos y lo único que le gustaría saber es si están bien y con quienes están; al instante le pregunté como se llamaban y me respondió Werner y Liesel, me quedé duro, sin saber qué decirle, no podría creer que estaba hablando con la mamá de Liesel, me quedé duro de la emoción. No sabía cómo decirle que yo sabía donde estaba su hijita, al instante vino un hombre y nos separó, nos dijo que era hora del baño y que después no seguiríamos divirtiendo, era hora de que se divirtieran ellos.
Volví todo golpeado y ella seguía llorando, yo lleno de sangre y ella también, lo primero que hicimos fue abrazarnos con tantas ganas, de hace mucho que no tenía alguien de componía; aproveché el momento y le dije: -Te confieso algo, realmente no lo puedo creer, estuve viviendo con Liesel, ella está con una familia de apellido Huberman, la quieren mucho, Werner falleció, lo siento, pero lo único que te puedo decir es que ella está muy bien, y sabe leer. Ella solo sonrió y empezó a llorar con mucha alegría y consuelo, solo me daba las gracias, y me decía que eso era lo único que esperaba después de tantos años y se puso mal por Werner y no sabía qué decirle, pero nunca supe la verdadera historia de eso, lo bueno es que estuve mucho mejor después de eso, y cada vez rezaba más, pero con alegría.
Esa noche pude dormir, después de conocer a la mama de Liesel, pude dormir. Al día siguiente me desperté y ella ya estaba levantada hablé con ella y le propuse que nos tratemos de escapar, mi sueño era llevarla a verla a su hija, después de tanto tiempo fue mi sueño. Decidimos hacerlo.A la noche siguiente, no dormimos, esperamos que los guardias se fuesen a dormir y escapamos, atravesamos todo lo que teníamos por delante y por suerte del campo salimos, todo por Liesel, pero nos dimos que detrás de las rejas del campo había solo campo y nada de ciudad, estuvimos un día caminando, esa noche nos recostamos y escuchábamos gritos de gente que nos buscaban, nos asustamos, fue muy feo. Nos escondimos tras arbusto y todo lo que tenias a alrededor, realmente con tantas fuerzas lo hicimos que nunca nos encontraron. Caminamos por semanas seguidas y solo descansábamos de noche, hasta que un día encontramos esa ruta que tanto deseábamos, la que nos iba a llevar a casa.A los días paso un auto y nos llevo a ciudad; que bueno estábamos re mil felices. Al llegar fuimos a la casa donde vivía Liesel y nos dimos con que ya no había nada. La buena suerte hizo que con nuestra depresión de nuevo la encontráramos a ella en el medio de la ciudad. Fue lo más lindo haberla encontrado y ver como madre e hija se reencontraban. Lo primero que hice fue llevarlas a un lugar donde solíamos ir con Liesel para que hablen. Desde ahí se que todo en la vida se puede, nosotros tuvimos un final feliz, yo encontré a la mujer de mis sueños y pude tener una familia muy linda, Liesel su mama y yo, y así viviremos la vida muy feliz y sabes que nada nos va a poder volver a separar
.…FIN…

Gianina Lo Giudice 5to 1ra

Un corto de los chicos de la promo 2007

Este es uno de los productos del taller de cortos de este año en Idioma Nacional de sexto. Espero que les guste. Les cuento que se basó en un poema de Alejandra Pizarnik y el guión y la actuación y todo pertenece a Valentina Ovejero Arauz y a Carolina Cañazares.