martes, junio 02, 2009

LAS MIL FORMAS DE HABLAR ADOLESCENTE.

Como todos sabemos, nosotros los adolecentes tenemos mil formas de expresarnos, ya sea correctamente o no.
Además, nuestra manera de hablar es reconocida por los adultos, ya que estos la utilizaran para burlarse o simplemente porque está a la moda o, la critican, por así decirlo. Y dentro de ese grupo en el que todos se ponen de acuerdo, el tono dominante suele ser de desprecio.
Platón oyó a muchos aspirantes al ingresar en su academia. Este recomendaba que los hombres menores de 30 años no se los tomara en serio. Y Séneca, alarmado por el habla de los soldados de lejanos barrios romanos, sugería a la muchachada que no dejen “el buen” latín por el riesgo de perder la buena cultura y abrir paso a una mala forma de expresión.
De modo que, si bien son muchos los adultos que critican nuestra forma de hablar, se puede captar que no son muchas las diferencias entre nuestra jerga y su idioma.
Hubo y hay sin embargo unos pocos que decidieron aceptar nuestra forma de hablar dejando de lado la crítica arrogante. Esas personas a las que me refiero fueron alguna vez adolecentes y saben y entienden porque nosotros tenemos esa manera de expresarnos, aunque no compartan ya nuestra onda.
Seguramente los adultos en alguna oportunidad se preguntaron qué corno quiere decir lo que intentamos expresar con palabras que tienen doble significado o palabras que expresan lo contrario de lo que se dice, todo depende del tono de voz que utilizamos. Por ejemplo una persona que es fuerte y dominante, es un “groso”.
Una acción incorrecta donde una persona comete ciertas actitudes, que son despreciables para otros, es un “zarpado”.
Cuando pasa una chica voluptuosa, que se caracteriza por sus dotes de belleza, decimos “está fuerte la mina” o que “se parte”.
La era de los años ochenta se ha deteriorado y en estos locos comienzos del siglo XXI hace falta decir “una banda” para no decir un millón de años que pasaron.
Personas que están en la onda de lo retro, lo antiguo están locos!!!
Como también por afecto o simple confianza, a una persona no lo llamamos por su nombre sino como “boludo”. Bueno, prácticamente decimos “bolu”, para resumir.
Este reino del doble sentido y del contrasentido que nosotros empleamos para reflejar los sentimientos de ternura, pena o solidaridad se vale muchas veces de la imprecisión y la irregularidad.
Los adultos se preguntaron también donde hemos crecido por la jerga que tenemos, o quienes los enseñaron a recorrer ese camino, que incluimos en la charla, canciones, o en la intimidad.
Basta solo con echar el ojo un tiempo atrás cuando en la mal parida década del ´80, en la época del la dictadura militar, cuando todos se callaban u ocultaban sus opiniones, se aprendió desde pendejos que cuando hablan los gobernantes hay que entender lo contrario de lo que dicen. Por ejemplo se asegura que estamos en perfecta paz es porque se han llenado los cementerios de cadáveres clandestinos y abarratado las cárceles de disidentes.
Si afirman que no hay crisis es porque las tensiones coinciden con el desborde incontrolado.
Se aseguran que se acabo el tiempo de las promesas y palabras en peso el tiempo de los hechos es porque el chamuyo de estos, se alargara aun todavía más.
Es entonces en este estado, en este raro reino de revés donde los adolecentes hemos aprendido a hablar como hablamos y hemos aprendido de las enseñanzas que nos otorgaron el propio régimen.
Seguimos el ejemplo de los adultos, sabemos recurrir a la jerga para ocultar lo que hacemos y disimular lo que sentimos.
Cecilia Barboza, Delicia Soruco 5°3°

1 comentario:

dyc dijo...

muy pero muy bueno el ensayo profe pongale un
10 jajaj
=)

Un corto de los chicos de la promo 2007

Este es uno de los productos del taller de cortos de este año en Idioma Nacional de sexto. Espero que les guste. Les cuento que se basó en un poema de Alejandra Pizarnik y el guión y la actuación y todo pertenece a Valentina Ovejero Arauz y a Carolina Cañazares.